Jesús quintero y su 'Cuerda de presos'
¿Se imaginan hoy a Televisión Española emitiendo una entrevista con Oriol Junqueras directamente desde la cárcel? ¿Se imaginan a La Sexta entrevistando a un corrupto desde Soto del Real o a TeleCinco entrevistando a un violador de la cárcel de Estremera?
Hoy este tipo de periodismo sería imposible. A pesar de que en algún caso habría un interés informativo manifiesto (recordad que Oriol Junqueras fue sancionado por utilizar sus llamadas diarias para conceder una entrevista a la radio) la ley y normativa de Instituciones Penitenciaras lo prohíbe.
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Pero en 1995, el por entonces Ministro de Interior y Justicia Juan Alberto Belloch concedió un permiso especial al periodista Jesús Quintero para realizar 39 entrevistas a otros tantos reclusos distribuidos por toda la geografía española. Sin filtros, sin censuras. Más tarde el propio ministro presentaría el libro que transcribía todas ellas.
—Les matabas con piedras y cuchillos, a uno le cortaste la cabeza... cuéntanos ¿que más les hacías?
—A otro le arranqué el corazón...
Así respondía Francisco García Escalero, 'El mendigo asesino' en la célebre y polémica entrevista de Jesús Quintero para el programa de Antena 3 'Cuerda de Presos' (1995-1996). Por el espacio televisivo desfilaron los delincuentes más famosos y peligrosos del país, sin castings ni medias tintas. Muy comentadas fueron también las entrevistas a Rafi Escobedo, el asesino de los marqueses de Urquijo o al responsable del primer crimen racista de nuestro país, el asesino de Lucrecia Pérez.
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En 1996 no había espacio para susceptibilidades, el supuesto periodismo de raza incluía dar cancha a los condenados, a los despojos de la sociedad más irracional. Una especie de zoológico carcelero alimentado por el amarillismo mediático que buscaba siempre el morbo informativo del 'otro lado' como excusa para hacer pedagogía. Un periodismo que había tocado fondo en aquella infame noche de 1993 cuando Nieves Herrero buceó en las cloacas emocionales con los cadáveres de Alcácer aún calientes y que buscaba la redención con un Quintero más íntimo pero igual de visceral. Hoy sería imposible dar púlpito a asesinos, criminales o corruptos antes que a sus propias víctimas.
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Jesús Gil y 'Las noches de tal y tal'
Apenas duró un par de meses pero el programa de la por entonces recién estrenada TeleCinco ha dejado una marca imborrable en nuestra memoria. El símbolo más rancio de la cultura impune de pelotazo (fútbol y ladrillo) comentaba las noticias del día desde el jacuzzi de su casa y disfrazado de macho ibérico con cadena de oro, michelín y bermuda hortera... todo ello rodeado de carnaza machista al servicio de sus instintos y con Pepe Da Rosa Jr. y la venezolana Jeannette Rodríguez como maestros de ceremonias. Un ejemplo para la juventud de la época.
https://youtube.com/watch?v=DS5OFtDD3iQ
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Jamás tanto tópico había estado tan bien representado en la televisión. El espejo en quien mirarse, el 'Gil Superstar' era un señor tan entrado en carnes como en corrupción y que no se cortaba a la hora de comentar cualquier cosa entre lo divino y humano aunque no tuviera ni repajolera idea. Si este señor hubiera llegado vivo a las redes sociales sería hoy el rey del twitter Hispanicus.
AVISO: Escuchar el Rap de la sintonía del programa puede provocar crisis de vergüenza ajena. Se desconoce si la Fiscalía entró de oficio en su día.
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Nuestro 'Trump de los Ángeles de San Rafael' era, como buen populista, amado y odiado a partes iguales pero el espacio fue un rotundo éxito. El programa se estrenó en junio de 1991 y terminaría en septiembre de ese mismo verano con audiencias millonarias y marcando una tendencia en la cadena de Lazarov: Tetas, populismo y Jet Set.
De aquellos barros sufrimos los lodos de Bertín y compañía haciendo una versión adaptada de este plató casero emocional donde cualquier opinión desentendida vale si está mezclada con su intimidad. Ningún otro refrito u homenaje a aquel esperpento original pasaría hoy el corte del empleado más inútil de la peor de las cadenas. Afortunadamente.
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Bartolomé Beltrán y 'En Buenas Manos'
El doctor Bartolomé Beltrán ha sido y es una eminencia en la divulgación médica. Sus programas de radio y televisión llevan 30 años rellenando parrillas y educando en ciencia a millones de espectadores. Si Mariano Medina será recordado por ser el 'Hombre del tiempo', Bartolomé será siempre —sin género de dudas— el 'Médico de la tele'. No, Ramón Sánchez-Ocaña era solo un buen periodista.
Pero uno de sus programas será recordado por las formas tan explícitas para ejecutar esta labor pedagógica. La casquería mostrada en los noventa en los programas 'En buenas Manos' y 'Contigo en Buenas manos', en Antena 3 superaba a cualquier película gore del festival de Sitges de la época y sería impensable en cualquier franja horaria actual. Sangre, malformaciones, tumores, cortes de bisturí,... sus programas no escatimaban en fluidos ni vísceras, las auténticas protagonistas.
Para explicar cómo es un adenoma de tiroides nada mejor que verlo en vivo y en directo. Un cirujano mostraba en primer plano desde el corte inicial hasta la sutura, pasando por la extirpación y reserva del tumor; todo ello comentado por los mejores profesionales y por los adjetivos del narrador. Lo que hoy solo sería un documento útil para estudiantes y profesionales se hizo material popular de consumo en los noventa para detectar escrupulosos. Si puedes ver este vídeo completo has pasado la prueba.
https://youtube.com/watch?v=ifnj4vOCbtw
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El programa fue un éxito y supuso la normalización de la casquería sanitaria, otra especie de morbo que se convirtió en reto y terapia visual para muchos aprensivos y jóvenes que se encontraban con las 'Mamachichos' o esta carnicería en la tele nocturna cuando volvían de juerga los fines de semana.
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Paloma Chamorro y 'La edad de oro'
Si existe una certeza involutiva de nuestra historia televisiva es el creciente maltrato al género musical. 'La edad de oro' de los ochenta coincide proféticamente con la época de mejores caricias rítmicas televisivas. La música en directo es hoy un género televisivo en extinción que sobrevive exclusivamente de los refritos de 'Cachitos' y La2 y las actuaciones musicales populistas de nochevieja y otras fiestas de guardar.
Pero Paloma Chamorro fue la reina de la transgresión en una época de movida intensa, anfitriona de las vanguardias musicales más sorpendentes y de todas las desinhibiciones rítmicas y existenciales. Si los raperos incendiarios y criminales de hoy tuvieran su oportunidad en la televisión pública de los ochenta esta saldría, con total seguridad, de entre los rizos de la Chamorro.
Un ejemplo de ese supermercado de la naturalidad artística es este extracto de aquel programa. "La catarsis y los cataplines" muestra a la vez la magia y muerte de aquel espacio de creación artística. Mientras José Miguel López —crítico de RNE— intenta hablar con la Chamorro, de entre una nube imposible de humo el líder de Psychic TV —el británico Genesis P-Orridge— se pimpla una botella de whisky malo a la vez que regala al respetable una colección de muecas imposibles. Surrealista.
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Y es que en su espacio se vio de todo. Imposible de orquestar hoy de ninguna de las maneras. Paloma fue judicialmente auditada por blasfemia por permitir, entre otras cosas, la actuación de Psychic TV, el grupo de Genesis sacó el 16 de octubre de 1984 al escenario de TVE un cristo con cabeza de cerdo en un marco satánico mientras prometía que se iba a follar a toda la audiencia. Así relataba el diario ABC la supuesta blasfemia. Aquí el programa completo de aquel día.
El caso terminaría en el tribunal supremo, que en 1993 absolvió a la periodista cuando el programa ya llevaba años muerto y enterrado. ¿Os suena?
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Javier Gurruchaga y su 'Viaje con nosotros'
Lo ochenta televisivos morirían con el histrionismo de otro gran showman. Javier Gurruchaga generaba un desencuentro constante en la audiencia. Entre el rechazo y el elogio eterno a su locura y talento. Este fue auspiciado por Pilar Miró, la directora de Televisión Española que, en 1988, le entregó la presentación y guionización del programa donde predominaba la parodia intelectual y física. Esta última es la que lo convierten en un espacio hoy irreproducible.
'Viaje con nosotros' era eso, un experimento en falso directo relleno de música, humor y dardos constantes al poder sin reparar en consecuencias. Por el programa pasaron y colaboraron Elton John, Pedro Almodóvar, Chumy Chúmez, José Luis Coll, Ana Obregón, José Luis Garci, Joaquín Sabina y Sara Montiel,... y se parodiaron a todo tipo de personajes públicos, entre ellos la recordadísima interpretación que de Felípe González hizo el actor francés Hervé Villechaize.
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Todas las parodias fueron medianamente asimiladas hasta el 23 de febrero de 1988. Una actuación de Els Joglars y Albert Boadella fue inmensamente criticada desde la iglesia, la burguesía catalana y algunos directivos de la casa. ¿Os suena?
En el sketch puede verse una parodia al peor Barça del 'motín del Hesperia', al por entonces 'molt honorable president' amén de una burla a la virgen de Monserrat o 'la Moreneta'; lo que más escoció.
¿Por qué no sería hoy posible un programa como el de Gurruchaga? Quizás porque gente como Jorge Fernández Díaz, ayer presidente de Alianza Popular en Cataluña y hoy experto en entregar medallas a vírgenes inanimadas, solicitó la retirada inmediata de aquel programa.
Aquí el polémico sketch.
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