Vivir una estancia internacional Erasmus en una universidad extranjera antes de graduarse se ha revelado como una de las mejores estrategias de iniciación, no solo laboral, sino también vital, de las que puede disfrutar un joven universitario. Y es que, esa primera experiencia fuera de nuestras fronteras marca carácter y ayuda a desarrollar una de las habilidades más útiles y demandadas en los entornos laborales actuales: la capacidad de adaptación.
“En mi caso, aunque no sabía con exactitud lo que estudiaría, sí tenía claro que sería en Francia. Había estudiado francés cuando era más joven y me apetecía retomarlo. Estuve sopesando varias universidades y finalmente me decanté por la de Marsella”. Quien habla es Laura Panzano. En 2021 esta madrileña de 23 años fue una de las beneficiarias de las Becas Santander para Erasmus, el programa con el que la entidad presidida por Ana Botín apoya la movilidad de los jóvenes universitarios. La iniciativa cuenta con una nueva edición en la que se concederán más de 1.800 becas de hasta 1.000€ y ayudas, especialmente destinadas a los estudiantes que más lo necesitan.
Vivir una primera experiencia en el extranjero marca carácter y ayuda a desarrollar una de las habilidades más útiles y demandadas en los entornos laborales actuales: la capacidad de adaptación
Para Laura, que terminó en 2021 sus estudios de Ingeniería de Organización en la Universidad Politécnica de Madrid, sus seis meses en Marsella significaron un descubrimiento en muchos sentidos. “En Francia las escuelas de ingeniería funcionan de manera distinta a las de España. Son carreras muy generalistas que luego se van definiendo a través de optativas. Ese planteamiento me abrió muchos horizontes porque me hizo darme cuenta de que había muchas salidas profesionales atractivas que yo antes no habría considerado, empresas muy interesantes de las que no había oído hablar y hasta otras formas de trabajar y de plantearse el futuro”.
Maduración express
El proceso de maduración acelerado que suele traer una estancia Erasmus también alcanza al ámbito personal. Y es que, no hay nada como salir de la zona de confort para comenzar a asumir las responsabilidades propias de la edad adulta. En el caso de Laura Panzano, antes de su experiencia Erasmus nunca había pasado fuera de la casa de sus padres más de un mes seguido. “Es un cambio muy grande: hacerte la compra, cocinar tu comida… en definitiva, gestionar tu vida. Y todo en un país nuevo, con unas costumbres muy distintas e interaccionando con gente de muchos países distintos. Es un poco terapia de choque y no te queda más remedio que adaptarte, pero también resulta enormemente muy enriquecedor”, asegura.
Casi todas las personas que viven una experiencia internacional coinciden en cómo esa inmersión en una cultura diferente a la suya supone un punto de inflexión en sus vidas. Les abre la mente. “Te das cuenta de que hay otras realidades y que son también muy válidas. Por ejemplo, los horarios en Francia son diferentes. Comen a las 12, y no hay jamón serrano ni otras cosas que me encantan de la comida española. Pero no me importaba, porque ellos tienen sus propias maravillas: los quesos, el pan, los bollitos para desayunar…No creo que sea cuestión de sustituir unas costumbres por otras, sino de abrirse a probar cosas nuevas”, dice Laura.
Casi todas las personas que viven una experiencia internacional coinciden en que esa inmersión en una cultura diferente a la suya abre sus mentes y supone un punto de inflexión en sus vidas
A la protagonista de esta historia la experiencia le debió gustar porque no ha tardado en reincidir. En cuanto volvió a España y se graduó puso en marcha los mecanismos para irse a su siguiente destino. En la actualidad, está cursando un máster en Milán con el que está completando su formación como ingeniera. “Lo que me llama ahora mismo más la atención es la optimización de las cadenas de suministro”, explica. En el futuro se ve a sí misma trabajando en una gran empresa, “quizá en el sector logístico”, aventura. Aunque no descarta otras posibilidades, porque, como ha aprendido en sus dos periplos en el extranjero, “nunca se sabe”.
Sobre si recomendaría a otras personas vivir ese tipo de experiencias, Laura lo tiene muy claro: “Al 100%. A quienes lo estén considerando les diría que lo hicieran, que salgan de casa, que se atrevan a conocer un sitio nuevo”. Porque, subraya, una estancia Erasmus te aporta muchas cosas, tanto en lo personal como en lo profesional. “No es solo por el idioma, que es importantísimo, ni por las competencias que desarrollas y adquieres; es mucho más. Te abre la mente y te permite plantearte cosas que antes no se te pasaban por la cabeza, como irte a trabajar a otro país. Te completa como persona”.
Las becas Erasmus 2023
Entre los objetivos que se buscan con esta iniciativa figuran incrementar la empleabilidad de los jóvenes, fomentar su formación en nuevas competencias, animarlos a participar en la vida de la Unión Europea, apoyar la innovación y cooperación entre países, reducir el abandono escolar y fomentar la movilidad internacional.
Como novedad de este año, además de los universitarios de España, también podrán beneficiarse de estas becas los jóvenes de Alemania, Portugal y Polonia, países en los que Santander Universidades también está presente apoyando la educación superior como palanca para el progreso de las personas.