Europa se ha propuesto que 2035 sea el punto de no retorno para el despegue definitivo de la movilidad limpia en el continente. Un objetivo ambicioso e ilusionante, pero que también, según Francisco Carranza, CEO de BASQUEVOLT, parece un tanto utópico mientras persistan dos problemas que actualmente lastran cualquier intento por electrificar el parque automovilístico: “El alto precio de los vehículos eléctricos y la escasa autonomía que les permite la tecnología de las actuales baterías de litio”.
Aportar soluciones a estos problemas con tecnología 100% española es, precisamente, la razón de ser de esta joven empresa que tiene su sede en Álava y que echó a andar hace unos meses gracias al impulso de un grupo de inversores de la administración pública, la energía y la automoción. “En España tenemos la suerte de que uno de los equipos de investigación especializado en baterías de nueva generación más avanzados del mundo tenga su sede en Vitoria, el CIC energiGUNE”, explica Carranza. Esa ventaja, junto al empuje de Gobierno vasco y del resto de inversores, así como el apoyo que ha realizado Banco Santander desde la comunidad Santander X 100, han hecho posible un proyecto empresarial que aspira, explica su CEO, “a lanzar una de las tecnologías más avanzadas del mundo en este terreno que ayude a dar un impulso definitivo a esa electrificación del sector que tanto necesitamos”.
Tecnología patentada 100% española
La misión de BASQUEVOLT es desarrollar tecnologías sostenibles y económicamente competitivas que hagan posible el despliegue masivo del transporte eléctrico, el almacenamiento de energía estacionario y las aplicaciones portátiles avanzadas. Para lograrlo, trabaja con una tecnología propia que incluye un electrolito de composite polimérico patentado y un ánodo con alto contenido en silicio. Con estos desarrollos se pretende elevar significativamente las prestaciones de las baterías de litio convencionales, al tiempo que se reduce notablemente su coste gracias a un proceso de fabricación más sostenible y eficiente desde un punto de vista energético.
La misión de BASQUEVOLT es desarrollar tecnologías sostenibles y económicamente competitivas que hagan posible el despliegue masivo del transporte eléctrico
El reto que afronta esta joven empresa es apasionante, pero también mayúsculo. Nada menos que desafiar a los gigantes de las baterías a nivel mundial: los norteamericanos y, sobre todo, los asiáticos. “Nos movemos en una industria dominada por los chinos, hasta el punto de que incluso cuando se montan fábricas en Europa, éstas se siguen nutriendo de materiales y tecnologías chinas. Nosotros proponemos romper con esa dinámica apostando por la tecnología propia, porque en España hay talento y capacidad de innovación suficiente para competir con los mejores del mundo”, asegura el CEO de la empresa vitoriana.
Sus inversores también lo creen, como prueba el hecho de que formen parte de un proyecto que ha conseguido levantar una primera ronda de financiación de 10 millones de euros. También Banco Santander apoya a BASQUEVOLT en esos siempre difíciles primeros pasos como empresa. Los vascos forman parte de Santander X 100, la comunidad global de proyectos emprendedores más destacados de la entidad financiera. “El apoyo que recibimos de Santander es fundamental, no solo en la gestión cotidiana del proyecto, sino también en su crecimiento y proyección a futuro. Nos ayudan a buscar inversores, a diseñar la estrategia financiera de la empresa y nos prestan su conocimiento y experiencia para que BASQUEVOLT pueda llegar a convertirse en una de las grandes referencias del sector en los próximos años”, destaca el directivo.
El proyecto ha conseguido levantar una primera ronda de financiación de 10 millones de euros
Innovar desde el emprendimiento
Las dificultades que afronta este joven fabricante de baterías están a la altura de las grandes expectativas que hay depositadas en él. Por ejemplo, a la hora de encontrar talento. “En nuestro sector, Europa se ha quedado descolgada, y eso nos obliga a buscar determinados profesionales cualificados en lugares tan alejados como Tokio o California, y a convencerlos de que dejen sus empleos en grandes empresas para venirse a trabajar con nosotros a España”, señala este emprendedor.
Eso sí, a pesar de estos inevitables peajes, el emprendimiento también juega sus cartas cuando se trata de atraer talento o inversiones. Y no son bazas menores. Francisco Carranza, que ha labrado su carrera fuera de España ocupando posiciones directivas en algunas de las grandes marcas de la automoción en Europa, lo sabe bien. “Desde los grandes grupos no resulta fácil innovar, hay demasiado procesos internos que lo impiden o dificultan. En una pequeña empresa, en cambio, hay mucha más flexibilidad y atrevimiento para mover el cocotero y ver qué sucede. Por eso, casi los grandes cambios realmente disruptivos que llegan a cualquier sector lo hacen casi siempre desde el emprendimiento”, razona.
Santander, al lado de los emprendedores
En el campo concreto del emprendimiento, la iniciativa Santander X impulsa programas que apoyan a los jóvenes empresarios y a las pymes a través de formación especializada. Más de 60 proyectos forman parte de esta comunidad cuyo objetivo es apoyar a las startups y scaleups más destacadas, promoviendo el networking entre sus miembros y conectándoles con los recursos que necesitan para crecer: formación, capital, clientes, talento y otras fuentes de valor.