El líder del PP y presidente del Gobierno lamenta no haber conseguido la mayoría absoluta en Andalucía pero sale en respaldo de su candidato recordando que, ni siquiera con la mayoría absoluta del año 2000, se consiguió ganar en esta Comunidad. Da manos libres a Mercedes Fernández para los pactos en Asturias, aunque asume la dificultad de la situación

La administración foral quiere cambiar la relación entre gobierno y ciudadanos, mientras la Moncloa se conforma con asegurar el buen comportamiento de sus altos cargos a través de un sistema de sanciones, y una transparencia con limitaciones, que han generado polémica entre varias asociaciones de la sociedad civil.

Después del susto andaluz, de la incertidumbre asturiana y del riesgo de perder Extremadura, en el PP se han disparado todas las alarmas sobre el futuro de Galicia. Las presiones sobre Alberto Núñez Feijóo se han disparado para que adelante las autonómicas a octubre, pues retrasarlas a marzo significaría, según los estrategas de Génova, 13, poner en riesgo la mayoría absoluta de la que disfruta el partido en uno de sus principales bastiones electorales.

La Justicia comienza a atar cabos sobre las dudosas encomiendas que AENA ha estado adjudicando a la ingeniería pública Ineco en los últimos años, muchas de ellas sin procedimiento público. Según la declaración judicial de una trabajadora del gestor aeroportuario, una serie de tareas que fueron adjudicadas mediante un jugoso contrato a Ineco eran ejecutadas siempre por AENA, de lo que se deduce que el citado contrato incluía un servicio que no se prestaba en realidad.

En los municipios costeros de más de 20.000 habitantes, proclives al PP, la abstención llegó al 50 por ciento; no así en las localidades del interior de menos de 5.000, de voto socialista, donde la participación llegó al 70 por ciento. Los populares analizan este dato en el informe que se presenta hoy ante el comité ejecutivo nacional del partido, al que asistirán el candidato andaluz, Javier Arenas, y la asturiana, Mercedes Fernández