Si hay un lugar, consentido por todos, donde pueden publicarse las más escabrosas imágenes y amenazas al consumidor ese es la etiqueta de advertencia de las autoridades en las cajetillas de tabaco. En todos los países donde existe una normativa se ha abierto una especie de competición para ver quién llega a ser el más absurdo o desagradable. El listón está muy alto.