La cúpula de los partidos de la coalición gubernamental que dirige la canciller federal, Angela Merkel, acordó este lunes eliminar el copago para las visitas a la consulta médica y mejorar las pensiones de quienes no alcancen el mínimo básico pese a haber cotizado el máximo de años. A un año de las elecciones legislativas en Alemania, la Unión Cristianodemócrata (CDU) de Mekel, la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU) y los liberales (FDP) pactaron esta madrugada, y tras una larga noche de negociaciones, acuerdos en los temas en disputa para gobernar el último año de legislatura sin diferencias.
La Unión (CDU/CSU) y los liberales convinieron también la introducción de la llamada "prima del fogón" por la que se subvencionará a aquellas madres que prescindan de enviar a sus hijos de uno a tres años de edad a la guardería y los críen en casa. A esa ayuda de hasta 150 euros mensuales, los liberales impusieron además una subvención suplementaria de 15 euros mensuales como bono para que los padres puedan invertir en la educación de los más pequeños.
En el caso del copago médico, a partir del 1 de enero próximo se eliminará la tasa trimestral de 10 euros que los pacientes pagan por su primera visita a la consulta médica, ante la buena situación económica de las cajas aseguradoras, que este año han registrado un superávit multimillonario. Implantada cinco años atrás para paliar el déficit de la sanidad pública, los liberales exigían su eliminación ante la mejora de la situación económica y debido a los enormes costes burocráticos que acarrea a los médicos de las consultas, obligados a cobrarlos al paciente y transferirlos al seguro médico.
El Estado asume además subir las pensiones hasta el mínimo de 688 euros al mes de manera compensatoria a aquellas personas, un 2% del total, que no alcanzan esa cifra pese a largos años de cotización e incluso de ahorro a través de fondos privados. El debate sobre las cuestiones abiertas llevaba meses envenenando el clima político entre las tres formaciones de la coalición de Gobierno de Angela Merkel, que quería resolver las diferencias existentes lo antes posible para tener tranquilidad en su gabinete hasta la celebración de los comicios previstos para otoño de 2013.
La oposición criticó las medidas adoptadas, que socialdemócratas, verdes y miembros de La Izquierda coincidieron en calificar de "caros regalos electorales", y anunciaron que recurrirán la llamada "prima del fogón" ante el constitucional.