Las autoridades sanitarias austriacas has registrado el máximo de contagios diarios desde el inicio de la pandemia mientras el Gobierno está a punto de concretar los términos del posible inicio de un confinamiento a nivel nacional para la población no vacunada.
Los 13.152 casos y 48 fallecidos adicionales, según la radiotelevisión pública ORF, han sido confirmados cinco días después de que el país obligara a la entrega del certificado sanitario para el acceso a establecimientos como hoteles, peluquerías y salas de masaje.
Todo esto ocurre antes del inicio del proceso de deliberación final anunciado el viernes por el canciller del país, Alexander Schallenberg, y que afectarían a la población no vacunada del país, aproximadamente el 35 por ciento de sus habitantes. Este posible confinamiento, que comenzaría en principio el lunes, tras un encuentro virtual con los gobernadores estatales y de una reunión del comité principal del Consejo Nacional que tendrá lugar también el domingo.
Sin embargo, el canciller austriaco ha vuelto a insistir en la necesidad de imponer una "solución nacional" y ha reiterado su rechazo a un posible cierre "general" para toda la población. "No debería haber solidaridad con los no vacunados", ha manifestado.
Por su parte, el ministro de Salud, Wolfgang Mückstein, ha anunciado este viernes, después de consultas con los estados federales, que también estará sobre la mesa la vacunación obligatoria de los trabajadores sanitarios del país, en el marco de una serie de medidas destinadas a contener el repunte de casos de las últimas semanas.
El ministro también ha dado casi por seguro el confinamiento de la población no vacunada en los estados de Alta Austria y Salzburgo, como venía aventurando desde hace días.
El país se encuentra en un apogeo de la pandemia por número de casos, al registrar en torno a los 10.000 nuevos afectados diarios desde mediados de semana. Los decesos diarios también han vuelto a subir hasta alcanzar aproximadamente la veintena, una cifra nunca vista desde mediados de mayo. Austria ha registrado unos 936.000 contagios y 11.600 fallecidos desde el comienzo de la crisis.