El ex primer ministro de Italia Silvio Berlusconi ha vuelto ser ingresado este viernes en el hospital San Raffaele de Milán, menos de un mes después de abandonarlo tras pasarse 44 días ingresado por una infección pulmonar derivada de la leucemia crónica que padece, para someterse a una revisión médica sin mayor trascendencia.
"Berlusconi se encuentra actualmente hospitalizado para realizar los controles programados en relación con la conocida enfermedad hematológica", según el boletín publicado por los médicos Alberto Zangrillo y Fabio Ciceri.
La decisión de adelantar los controles a este viernes"responde a criterios clínicos de práctica habitual en medicina y no se relaciona con ninguna criticidad o alarma", ha añadido el boletín, recogido por 'La Repubblica'.
Ya fue hospitalizado en abril
El también líder de Forza Italia, de 86 años, fue hospitalizado el 4 de abril en cuidados intensivos, donde permaneció casi dos semanas hasta su bajada a planta el 16 de ese mes, y su posterior alta el 19 de mayo.
En esta ocasión, Berlusconi ha sido ingresado en la sala Q1 y, por lo tanto, fuera de cuidados intensivos, en el departamento de cardiología que dirige Giulio Melisurgo, también especialista médico del club de fútbol AC Milan, del cual Berlusconi es presidente de honor, según han confirmado fuentes próximas al antiguo mandatario al diario 'Il Messaggero'
Pese a su edad y las varias causas judiciales que tiene abiertas contra él desde hace años, Berlusconi sigue siendo una figura popular en Italia. De hecho, en las últimas elecciones pudo volver a ostentar un cargo electo, como senador, y su partido, Forza Italia, forma parte de la actual coalición de Gobierno, encabezada por Giorgia Meloni.
Berlusconi ha limitado al mínimo sus comparecencias públicas desde el comienzo de sus hospitalizaciones. Una de las últimas tuvo lugar el pasado 6 de mayo, cuando el ex primer ministro tranquilizó a sus simpatizantes con una emisión desde el hospital en la que criticó el "imperialismo" de China, reclamó cambios en los fundamentos de voto de la Unión Europea y comparó su formación con una religión.
