No se mencionó por su nombre, pero Podemos estuvo presente, como no podía ser de otra manera, en el desayuno celebrado este martes con el embajador brasileño en España, Paulo Cesar de Oliveira, organizado por Vozpópuli. Se preguntó al diplomático por los populismos, movimientos que en Latinoamérica han tenido mucho recorrido hasta ahora y de los que ahora se teme su llegada a España. De Oliveira tampoco mencionó al partido morado, pero sí dijo que "la idea de populismo está muy relacionada con un concepto de que el pueblo es ignorante, todo lo acepta, no tiene capacidad política. Creen que un político puede decidir por la gente, cuando la decisión es individual. Un programa populista puede no ser la necesidad básica de la gente. La idea del populismo se va a quedar cada vez más pequeña cuando la gente tenga acceso a la información y capacidad de estudiar". Esta aseveración parece tener más sentido en el país carioca, pues en España es precisamente el acceso a internet el que está impulsando las opciones políticas heterodoxas.
Prudencia para los empresarios españoles en relación al AVE: "Ahora no es una prioridad, sólo cuando haya mucho tráfico"
En este encuentro, patrocinado por Abertis (una compañía con intereses estratégicos en Brasil), el diplomático brasileño se rodeó de un buen número de empresarios que miran a su país como mercado lleno de oportunidades, y también de 18 embajadores. Para los empresarios de infraestructuras que ya piensan en 'ayudar' a Brasil a hacer una línea de alta velocidad ferroviaria, tal y como se está haciendo entre La Meca y Medina, un jarro de agua fría. El país tiene ahora mismo otras prioridades: "Ahora mismo es caro y en este momento mirar el alta velocidad de inmediato no lo planteamos. Primero hemos de completar las líneas convencionales. La alta velocidad vendrá cuando aumente el número de pasajeros porque hay que hacerlo entre metrópolis grandes", aseguró el político, quien también dijo que primero habría que llenar la ocupación del puente aéreo que une Rio de Janeiro y Sao Paulo, las dos principales ciudades del país que albergan a 18 millones de personas entrambas y que están separadas por 430 kilómetros, una distancia donde la alta velocidad es muy competitiva.
También se inquirió al político por su opinión de que el Banco Santander en Brasil (quinto banco del país y primero extranjero) envió un documento a sus clientes de alta renta, aquellos que ganan al mes 10.000 reales (3.400 euros), alertando que la reelección de la presidenta Dilma Rousseff el 5 de octubre en primera ronda, provocaría una recesión. De Oliveira, de la cuerda de Roussef, aseguró que "eso le toca al Santander explicarlo pero la gente tiene derecho a tener opinión. Respeto mucho la democracia porque he peleado mucho por ella. Las generaciones más nuevas en Brasil como en España ya no valoran el momento que vivimos donde no teníamos libertad y el Santander puede decir lo que quiera". Así, ninguna palabra dura contra el banco presidido por Ana Patricia Botín, que a la misma hora que se producía el desayuno estaba anunciando cambios claves en su cúpula.
La potencia de un gigante
Brasil es sin duda un país enorme en términos de PIB, población y tamaño. Es el quinto país del mundo en extensión territorial y también el quinto más poblado. Supone más de la mitad del PIB de la economía sudamericana. "Sólo 3 países están en las tres listas de grandes por PIB, población y geografía: Brasil, USA, China", aseguró el embajador, quien aseguró que en 2013 se destinaron al país 64.000 millones de dólares en inversiones, el quinto receptor de inversiones extranjeras en el mundo.
La mayor lucha del Gobierno de Roussef, aseguró el embajador, ha sido y será reducir la pobreza como lo fue en el caso de Lula da Silva. Los resultados, por el momento, son esperanzadores si atendemos a los datos de Brasilia