El sonido de las sirenas sacude el corazón de Tel Aviv. Los soldados salen a las calles y los ciudadanos abandonan la vía pública en busca de lugares seguros. Un grupo de terroristas ha abatido a varias personas en la estación de tren ubicada en la calle Jerusalén. Poco después, suenan las sirenas que alertan de una amenaza balística. Irán lanza unos misiles. Vozpópuli es testigo directo de los hechos.
Son en torno a las seis de la tarde cuando llegan las primeras informaciones a través de redes sociales. Hablan de un tiroteo en la calle Jerusalén, en Tel Aviv. El periodista de este diario se encuentra junto al hotel Ruth Daniel. Inmediatamente, junto a otro grupo de ciudadanos, se dirige al interior del establecimiento hotelero, siguiendo indicaciones de fuerzas de seguridad.
Los reportes son confusos, aunque fuentes oficiales del Ejército confirman que al menos tres terroristas han abierto fuego contra varios ciudadanos que se encontraban en la estación de tren a escasos metros del hotel. Al menos diez personas han resultado heridas y tres han perdido la vida. Hay tres heridos en estado crítico y dos terroristas han sido abatidos.
Poco después suena el sonido inconfundible de las sirenas. Es la amenaza balística. La noticia no sorprende: minutos antes, Irán había advertido de que lanzaría misiles contra Israel. Su amenaza se cumple e inmediatamente todo el mundo se desplaza hasta los búnkeres de seguridad.
Un pequeño grupo se dirige hacia una habitación, impelidos por cuatro que se encuentran en su interior. Están uniformados y rondan los veinte años de edad. Aseguran que estas amenazas son relativamente frecuentes y que hay que seguir el protocolo. Poco después cogen sus aparatos móviles y llaman a sus familias para confirmar que se encuentran bien.
De forma recurrente suenan las alarmas en los teléfonos. "Alarma de emergencia extrema", reza el mensaje, instando a todos los ciudadanos a buscar un lugar seguro ante la amenaza balística.
