Valérie Bacot, francesa de 40 años que se ha convertido en su país en el nuevo rostro de la violencia machista, fue condenada este viernes a cuatro años de cárcel, tres de ellos exentos de cumplimiento, por haber asesinado en 2016 a su marido, que la violó, maltrató y prostituyó.
La mujer ya había cumplido un año de detención provisional, por lo que no tiene que volver a prisión.
"Empieza un nuevo combate para otras mujeres. No me siento aliviada, sino agotada, física y mentalmente", dijo a su salida del Palacio de Justicia de Saône et Loire, en el este de Francia, donde fue recibida entre aplausos.
Bacot estaba siendo juzgada dos años después de que sus hijos, que tenían 16 y 17 años cuando se produjo el crimen, fueran condenados por un tribunal de menores a seis meses de prisión exentos de cumplimiento por haber ayudado a enterrar el cuerpo y ocultar el acto.
Este juicio, iniciado este pasado lunes, reabrió en Francia el recuerdo de Jacqueline Sauvage, una mujer condenada a diez años por haber matado a su marido, que la había maltratado durante más de cuatro décadas.
Los abusos sufridos habían durado casi 25 años. Polette empezó a abusar de ella a sus 12 años, cuando todavía era pareja de su madre.
En 2016 fue indultada por el entonces presidente, François Hollande, cuando el caso se convirtió en un reflejo de las fisuras de un Estado y unos servicios sociales que no fueron capaces de responder a años de denuncias.
El crimen de Bacot se remonta a 2016, cuando disparó a su marido, Daniel Polette, tras escuchar una conversación entre él y la hija de ambos, de 14 años, en la que el hombre le preguntaba sobre su sexualidad. El temor a que la prostituyera, como venía haciendo con ella, la llevó a asesinarlo, según ha confesado.
Sobredosis con somníferos
Tras un fallido intento de provocarle una sobredosis con somníferos, cogió el revolver de su marido y horas más tarde lo mató de un tiro en la nuca.
Los abusos sufridos habían durado casi 25 años. Polette empezó a abusar de ella a sus 12 años, cuando todavía era pareja de su madre.
El hombre fue condenado a dos años de prisión en 1995 tras la denuncia de unos familiares, pero la madre -violenta y con problemas de alcoholismo- la obligó durante ese tiempo a visitarlo en la cárcel.
Al cumplir su condena, volvió al domicilio familiar. Bacot, que tenía 17 años, fue expulsada de su casa tras quedar embarazada de él, como cuenta en su libro "Tout le monde le savait" (Todos lo sabían). El hombre, 25 años mayor, se casó con ella y fruto de esa relación nacieron cuatro hijos.
Sus familiares y colegas lo describían como un hombre violento, autoritario, alcohólico y posesivo, que dominaba el hogar imponiendo su terror.
Su libro narra la relación con este hombre violento que la prostituía en las carreteras de la provincia, le pegaba y la amenazaba con armas, un drama que sólo salió a la luz a finales de 2017, cuando, denunciada por la madre del novio de su hija, fue detenida y confesó el crimen.
Hombre violento, autoritario, alcohólico y posesivo
Sus familiares y colegas lo describían como un hombre violento, autoritario, alcohólico y posesivo, que dominaba el hogar imponiendo su terror, e incluso su propia hermana ha denunciado haber sido violada por él.
En internet, la petición en favor de su puesta en libertad había superado este viernes las 714.000 firmas en un contexto marcado por una concienciación creciente de la sociedad francesa sobre problemáticas como el incesto, la violencia machista y los abusos.