La noticia se conocía de madrugada. Un avión con 64 personas a bordo -60 pasajeros y cuatro miembros de la tripulación- ha chocado en el aire con un helicóptero militar Black Hawk que realizaba maniobras en las inmediaciones de Washington D.C. El accidente ha provocado una explosión en el espacio aéreo y se desconoce el número concreto de fallecidos y cuántos desaparecidos hay, aunque las autoridades han informado de que, por el momento, han recuperado 28 cuerpos, pero ningún superviviente.
El avión viajaba desde Kansas y con el número de vuelo 5342, es de American Eagle, aerolínea regional subsidiaria American Airlines, que ha emitido un comunicado en el que aseguran estar "preocupados" por los pasajeros y la tripulación a bordo de la aeronave. "Estamos en contacto con las autoridades y colaborando con los esfuerzos de respuesta a la emergencia", aseguran para informar de una línea de teléfono gratuito para los familiares.
El CEO de la compañía aérea, Robert Isom, ha publicado un mensaje en vídeo transmitiendo su "pésame" y en el que dice que existen muchas preguntas sobre lo sucedido y que, de momento, no puede ofrecer todas las respuestas. Isom ha pedido paciencia. "Vamos a continuar compartiendo información precisa y oportuna tan pronto como podamos, pero todo lo que debamos informar debe ser preciso", ha dicho.
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