Un universitario lanzó durante un reciente mitin una envenenada pregunta a uno de los candidatos a las elecciones presidenciales de Irán del 28 de junio: ¿cuánto poder tiene el presidente en la República Islámica en realidad?
La pregunta iba dirigida al reformista Masoud Pezeshkian, quien admitió que el poder del presidente es limitado y no puede, por ejemplo, liberar a presos políticos aunque quisiera, tal y como le pidió el estudiante.
Los perdones judiciales son una de las muchas prerrogativas del líder supremo de Irán, Ali Jameneí, jefe de Estado de la República Islámica y máxima autoridad del país desde 1989, cuando sucedió al ayatolá Ruholá Jomeiní.
Potestades del líder supremo
Suya es la potestad para definir las políticas generales de la República Islámica y la designación de altos cargos como el mando de las Fuerzas Armadas, al presidente del Poder Judicial, al jefe de la televisión pública o al comandante en jefe de los poderosos Guardianes de la Revolución, según la Constitución del país.
También elige directamente a la mitad de los miembros del Consejo de los Guardianes, cuerpo que veta a los candidatos -la otra mitad la designa el jefe del Poder judicial, que elige Jameneí- y de hecho firma el decreto que formaliza la elección de un presidente.
El joven no iba desencaminado con su pregunta. Si Jameneí tiene unos poderes tan bastos, ¿importa entonces el presidente?
El presidente gestiona el presupuesto del Estado, tras su aprobación por el Parlamento, y decide cómo se distribuyen los recursos en un país donde las industrias del petróleo y el gas se hallan en manos públicas.
"Sí. Tiene mucho impacto en la vida diaria de las personas", dice a EFE Raffaele Mauriello, especialista en Irán y profesor en la Universidad Allame Tabatabaí de Teherán.
El experto afirma que la figura política más importante del país es sin duda el líder supremo, pero en su opinión este da una "visión general y no se mete en los detalles del día a día", lo que deja espacio para la figura presidencial.
Así, el presidente gestiona el presupuesto del Estado, tras su aprobación por el Parlamento, y decide cómo se distribuyen los recursos en un país donde las industrias del petróleo y el gas se hallan en manos públicas.
La opinión mayoritaria
Además, forma parte de los órganos de poder donde se consensúan las políticas estatales, como es el Consejo Supremo de Seguridad Nacional, el más importante del país, donde también se sientan varios ministros, tres representantes del líder supremo y figuras de las fuerzas de seguridad del país.
Pero el Gobierno es uno más de los varios centros de poder que se sientan en este consejo, como aclaró recientemente el ministro de Información y Tecnologías de Comunicación, Issa Zarepour.
"Aquellos que llaman a la eliminación del bloqueo de internet deben reconocer que esas decisiones se toman a menudo en reuniones donde el consenso del Gobierno no se alinea con la opinión mayoritaria", dijo Zarepour en respuesta a una promesa electoral para acabar con la censura de las redes sociales.
Poder limitado del presidente
Es decir, el presidente puede tratar de impulsar una política, pero su poder es limitado, en especial en materia de política exterior y seguridad.
"El presidente juega un papel significativo en la ejecución y en ocasiones en el cambio de prioridades de la política exterior, pero la reorientación de la política exterior de Irán este fuera del alcance de su poder", afirmó recientemente en X el analista Sina Toossi del Centro de Políticas Internacionales de Washington.
Raisí intensificó la presión contra las mujeres para que usarán velo, lo que provocó la muerte de la joven Mahsa Amini.
Aún así, puede priorizar diferentes objetivos en política exterior, en ocasiones con éxito, como fue el caso del expresidente reformista Hasan Rohaní (2013-2021), quien logró llegar a un acuerdo nuclear con Occidente en 2015 (que EEUU rompió en 2018) tras negociar con el propio Jameneí y otros centros de poder en Irán.
También durante la época de Rohaní se relajó la política del uso obligatorio del velo islámico, algo que cambió con el presidente ultraconservador Ebrahim Raisí, quien murió en un accidente en mayo, lo que ha llevado a convocar las elecciones.
Raisí intensificó la presión contra las mujeres para que usarán velo, lo que provocó la muerte de la joven Mahsa Amini tras ser detenida por no llevar cubierto el cabello en 2022, lo que desencadenó las mayores protestas en años contra la República Islámica.
Candidatos favoritos para las elecciones en Irán
Los candidatos favoritos para las elecciones son el conservador Mohamad Baqer Qalibaf, el ultraconservador Saeed Jalili y el reformista Masoud Pezeshkian, tres políticos con agendas muy diferentes.
Jalili, por ejemplo, ha insistido en la obligatoriedad del velo, mientras que Pezeshkian ha criticado esa política, pero no está claro que pueda hacer algo al respecto si llega a la presidencia.
Jaime León (EFE).