"Francia en negación" titula esta semana la revista The Economist, acusando al país vecino de no tratar de sus verdaderos problemas económicos en la campaña presidencial. En su editorial, contrasta la "racha de reformas" que se llevan a cabo en Italia o en España con "una Francia letárgica y no reformada [que] podría encontrarse en medio de la próxima crisis del euro". Acusa particularmente al candidato socialista, François Hollande, de no darse cuenta de la importancia de reducir los gastos. Un hecho del que Nicolas Sarkozy es bien consciente, ya que el presidente candidato a su propia sucesión anunciará esta semana, con la publicación de su programa, reformas que permitirán ahorrar unos 115.000 millones de euros hasta 2016.
En una entrevista publicada lunes en varios periódicos locales franceses, el presidente informa de que la evaluación en cifras de su programa ya está fijada en 115.000 millones de euros, con 75.000 millones de ahorros en los gastos públicos y 40.000 millones en nuevos ingresos. Así Francia podría cumplir su objetivo de déficit cero en 2016. En 2011, Francia ya redujo su déficit al 5,2%, un dato mejor que el 5,7% del PIB que tenía previsto el ministerio de Economía. Anuncia 4,4% en 2012 y 3% en 2013, unos objetivos muy realizables según el presidente galo.
François Hollande, despilfarrador
Mejorando del 7,1% en 2010 al 5,2% del PIB en 2011, el dato francés nunca se rebajó tanto desde que Francia está en déficit, es decir desde 1974. Nicolas Sarkozy puede aprovechar esa mejora a la vez que ve aumentar sus intenciones de voto en varios sondeos. Atacará sin duda al candidato socialista, que no ha anunciado ninguna reducción de gastos para cumplir con los objetivos de déficit, sino únicamente aumentos de los impuestos para financiar su programa. Esa será el arma del candidato conservador: acusar al candidato socialista de despilfarrador y, como lo hace The Economist, de no darse cuenta de la gravedad de la situación financiera francesa. Si bien el déficit mejora, la deuda sigue por las nubes y alcanza el 85,8% del PIB en 2011, cuando alcanzaba 'sólo' el 65% en 2007.
Presentándose como un candidato ejemplar, a pesar de sus resultados criticables, Nicolas Sarkozy puede anunciar que ya ha hecho votar para 2012 y 2013 32.000 millones de euros de aumento de los ingresos, por lo que Francia sólo necesitará 8.000 millones suplementarios en ingresos, que quiere recaudar entre las grandes sociedades y gracias a una contribución especial de los exiliados fiscales. Sobre todo, Nicolas Sarkozy quiere diferenciarse de Hollande por no aumentar demasiado los gastos. Afirma que la reforma continua del Estado permitirá poner un techo a los gastos, especialmente la reducción del número de los funcionarios.
El presidente hará, según el diario Le Figaro, una rueda de prensa antes del jueves santo o el próximo lunes para presentar su proyecto en detalles. Así espera llegar a obtener el 30% de los votos en la primera vuelta, un límite clave para confiar en una victoria en la segunda vuelta.