La tibieza con respecto al juicio que el partido ultraderechista alemán AfD ha venido otorgando al terror nazi le ha costado el puesto al principal candidato del partido a las elecciones europeas: Maximilian Krah ha decidido retirarse de la campaña para tratar de aplacar las reacciones tras declarar que las SS, la principal fuerza paramilitar de los nazis, «no eran todos criminales».
Krah ha emitido un comunicado en el que expresa su decisión de apearse de la campaña y borrarse de todos los actos de partido relacionados con la carrera electoral a los comicios al Parlamento Europeo. La dimisión de Krah ha venido acompañada asimismo de la renuncia en bloque del equipo directivo de Alternativa para Alemania con efecto inmediato.
Maximilian Krah se ha visto obligado a dimitir tras constatar cómo Marine Le Pen y Matteo Salvini rompían relaciones con la AfD con la excusa velada de que el partido ultraderechista alemán se había convertido en un aliado demasiado tóxico, capaz de perjudicar seriamente las opciones de las formaciones que ambos dirigentes representan en las inmediatas elecciones europeas.
Intereses electorales en juego
Espoleados por unas encuestas que vaticinan un apreciable crecimiento de las formaciones euroescépticas, ni Le Pen ni Salvini han querido comprometer el cumplimiento de unas expectativas tan halagüeñas para sus intereses en un momento en que los análisis políticos conceptúan estas elecciones como una cita en que los votantes pretenden castigar a los partidos mayoritarios y su supuesta incapacidad para gestionar cuestiones que preocupan a la ciudadanía, como contener la inflación galopante, poner freno a la inmigración irregular o preservar la calidad de los servicios públicos.
Crazy_Ivan
Un vistazo a la prensa alemana explica muchas cosas: este chico Krah es un payaso que levantaba ya suspicacias entre sus propias filas, véase si no el episodio del Jaguar y las modelos y el chiste de «Ich bin wieder da». Pero ha dicho lo que la mayoría de ellos piensan, incluídos muchos historiadores, pues además es una obviedad. Lo que sorprende es la sobreactuada reacción de sus correligionarios franceses e italianos, muchos de cuyos abuelitos cooperaron entusiásticamente con las ramas policiales de las SS e incluso llegaron a integrase en la rama militar o Waffen SS, como la División «Charlemagne», últimos defensores franceses de Berlin junto a un puñado de voluntarios españoles. A Marine Le Pen habría que preguntarle además si cree que papá Jean-Marie y sus camaradas paracas eran también todos unos criminales por sus "hazañas bélicas" en Argelia en los años cincuenta...
Manuteide
Cada vez tienen menos poder de intoxicación salvo a la izquierda votante sectaria que se deja convencer que son cada vez minorías....la sociedad cada vez es más madura y hace falta que PP y VOX hagan ideología de sentido común y de servicio a los ciudadanos....solo así se acabará con esta plaga tóxica que nos ha venido ....todo se andará..