Estados Unidos afirmó este lunes que el ataque que realizó la semana pasada contra una base aérea de Siria destruyó aproximadamente un quinto del poderío aéreo del gobierno de Bashar al Asad, al que volvió a advertir de no hacer más ataques químicos.
El secretario de Defensa estadounidense, James Mattis, y el portavoz de la Casa Blanca, lanzaron nuevas advertencias a Siria en la víspera de que el secretario del Departamento de Estado, Rex Tillerson, visite Rusia, principal aliado de Asad.
Tillerson llegará a Moscú el martes después de participar en la reunión de cancilleres del G7 en Lucca (Italia), donde busca una estrategia de presión a Rusia para relanzar un proceso político en Siria."La evaluación del departamento de Defensa es que el ataque dejó como resultado daños o la destrucción de depósitos de munición y combustibles, capacidad de defensa aérea y 20% de todos los aviones sirios operacionales", expresó Mattis en una nota oficial.
De acuerdo con Mattis, "el gobierno de Siria perdió la capacidad de abastecer o restablecer el armamento" a la base aérea de Shayrat. Inclusive, las pistas de aterrizaje se tornaron inutilizables.
En tanto, el vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, advirtió a Siria que el presidente Donald Trump podrá ordenar nuevos ataques como represalia si se verifica el uso de bombas de barril por parte de la tropas gubernamentales. "Si arrojas gas a un bebé o lanzas una bomba de barril contra gente inocente, habrá una respuesta de este presidente", aseguró el portavoz.
Se trata de la primera vez que la Casa Blanca hace referencia a las bombas de barril, un tipo de artefacto explosivo que arroja metralla sin dirección y suele provocar un gran número de víctimas. Asad niega que su Ejército use este tipo de arma.