El presidente de la Conferencia Episcopal de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB), el cardenal Daniel N. DiNardo, ha anunciado este jueves que va a invitar al Vaticano a realizar una Visita Apostólica para que investigue el escándalo por presunto encubrimiento de casos de abusos sexuales por parte del arzobispo emérito de Washington Theodore McCarrick.
El purpurado, que también se ha referido al escándalo en Pensilvania, ha calificado los hechos de "catástrofe moral", según informa la USCCB en un comunicado.
"Hace dos semanas, compartí con ustedes mi tristeza, enojo y vergüenza por las recientes revelaciones sobre el arzobispo Theodore McCarrick. Esos sentimientos continúan y se profundizan a la luz del informe del Gran Jurado de Pensilvania. Nos enfrentamos a una crisis espiritual que requiere no solo conversión espiritual, sino también cambios prácticos para evitar repetir los pecados y fallas del pasado que son tan evidentes en el informe reciente. A principios de esta semana, el Comité Ejecutivo de la USCCB se reunió de nuevo y estableció un resumen de estos cambios necesarios", ha declarado.
Los prelados estadounidenses quieren llevar a cabo una investigación completa sobre el caso del arzobispo emérito para evitar que se repita, y así ayudar a proteger a menores, seminaristas y otras personas vulnerables en el futuro. Por ello, invitarán al Vaticano a llevar a cabo una Visita Apostólica para responder a estas preguntas, junto con un grupo de personas en su mayoría laicas identificadas por sus miembros por la Junta Nacional de Revisión y facultadas para actuar.
Además, plantean la una apertura de canales nuevos y confidenciales para informar sobre quejas contra obispos así como una defensa para una resolución más efectiva de quejas futuras. Estos tres objetivos se perseguirán según tres criterios: independencia propia , autoridad suficiente y liderazgo sustancial de los laicos.
El objetivo principal en todo ello es, según explica, una protección más fuerte contra los "depredadores" en la Iglesia y cualquiera que los oculte
"Ya hemos comenzado a desarrollar un plan concreto para lograr estos objetivos, confiando en la consulta con expertos, laicos y clérigos, así como con el Vaticano. Presentaremos este plan a todo el cuerpo de obispos en nuestra reunión de noviembre. Además, viajaré a Roma para presentar estos objetivos y criterios a la Santa Sede e instar a que se adopten más medidas concretas en función de ellos", añade el presidente de los obispos.
Una protección más fuerte
El objetivo principal en todo ello es, según explica, una protección más fuerte contra los "depredadores" en la Iglesia y cualquiera que los oculte, protecciones que mantendrán a los obispos bajo los más altos estándares de transparencia y responsabilidad.
"Me disculpo y pido humildemente su perdón por lo que mis hermanos obispos y yo hemos hecho y no hemos podido hacer. Cualesquiera que sean los detalles sobre el Arzobispo McCarrick o los muchos abusos en Pensilvania (o en cualquier otro lugar), ya sabemos que una de las causas principales es el fracaso del liderazgo episcopal", agrega. Finalmente, admite que llevará tiempo reconstruir la confianza en los obispos "dañada por estos pecados y fracasos pasados".