El 13% de las empresas estadounidenses con presencia en China han abandonado el país o planean hacerlo, después del recrudecimiento de la guerra comercial entre las dos mayores economías de mundo, que llevó al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a ordenar a las compañías norteamericanas que buscasen alternativas al gigante asiático y trasladasen sus fábricas de vuelta a EEUU.
Según un informe del Consejo Empresarial Chino Estadounidense, del que forman parte más de 200 empresas, incluidas multinacionales como Apple, Amazon, The Walt Disney Company o Walmart, solo el 3% de las empresas estadounidenses que operan en China retornarán a EEUU, mientras que un 10% abandonará total o parcialmente el gigante asiático para trasladarse a otro país.
Este porcentaje resulta ligeramente superior al registrado en 2018, cuando el 10% de empresas estadounidenses en China decidió mudarse a otra localización. En concreto, el 4% decidió retornar a EEUU y un 6% buscó otro país como destino de sus operaciones.
Por otro lado, el 17% de las empresas estadounidenses en China expresaron su intención de reducir sus inversiones en el país, frente al 8% que así respondió en la encuesta de 2018.
"El 60% de los encuestados citó como causa el incremento de los costes y las incertidumbres de las relaciones comerciales entre China y EEUU", explicaron los autores del estudio, mientras que un 47% indicó como motivo principal para frenar sus inversiones en el país el clima político para las empresas estadounidenses en China.
"Las empresas informan de que las tensiones comerciales están teniendo un impacto mensurable en la competitividad de las empresas estadounidenses en el mercado chino, especialmente frente a las empresas chinas", señala el Consejo.
En este sentido, el 81% de las empresas de EEUU con presencia en China reconocen que las tensiones comerciales han afectado a sus operaciones en el país, frente al 73% que opinaba así el año pasado.
El pasado 23 de agosto, en un nuevo capítulo en la escalada de tensiones entre EEUU y China, el presidente estadounidense, Donald Trump, instaba a las multinacionales norteamericanas a abandonar China y trasladar sus fábricas a EEUU.