Rob Bowers, quien el sábado mató a once personas e hirió a cinco al atacar una sinagoga en Estados Unidos, deberá comparecer este lunes ante el juez para responder de los veintinueve cargos presentados por la Fiscalía y que le podrían suponer la pena de muerte.
"Bowers comparecerá ante el juez este lunes, 29 de octubre, a las 13.30 hora local (17.30 GMT)", acusado en total de veintinueve cargos en total, informó el fiscal federal Scott Brady en una rueda de prensa en la ciudad de Pittsburg (Pensilvania), donde tuvieron lugar los hechos.
"Once cargos (que pesan sobre él son) por asesinato de personas que estaban ejercitando su derecho a la libertad de credo y once por uso de arma de fuego para cometer asesinato. Todos estos cargos pueden ser castigados con la muerte", detalló el fiscal.
Por el momento, debido a que no había cómplices ni aparente intención de propagar un mensaje específico, la investigación contempla los actos de Bowers como delitos de odio y no como un caso de terrorismo doméstico.
"Nada hace indicar que alguien estuviera colaborando con él, por lo que lo hemos enfocado como un delito de odio, pero seguimos investigando", comentó Brady.
Los siete cargos restantes estarían relacionados con el intercambio de disparos que Bowers mantuvo con los agentes que se personaron en el lugar de los hechos, tres de los cuales, explicó Brady, fueron heridos por el acusado.
Una semana en procesar la escena
Las autoridades informaron este sábado de que un cuarto agente tuvo que recibir tratamiento médico, pero no han trascendido detalles de cómo resultó herido.
El agente especial del FBI Bob Jones, presente en esta comparecencia ante los medios de comunicación, sostuvo que a pesar de que la investigación está en marcha, debido a la "complejidad" de la escena del crimen, las autoridades estiman que se tardará una semana en procesar la escena del crimen.
Los hechos tuvieron lugar el sábado por la mañana, cuando Bowers entró en la sinagoga de la Congregación del Árbol de la Vida, armado con un fusil semiautomático AR-15 y tres pistolas Glock 57, y comenzó a disparar de manera indiscriminada contra los feligreses al tiempo que gritaba: "Todos los judíos deben morir".