Internacional

Gabriel Attal, nuevo jefe de Gobierno francés

Ante el nuevo año que comienza y la primera cita electoral, las europeas de junio, Macron sabe que el principal rival de su formación es el presidente de RN, el delfín de Marine Le Pen

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El parto duró más horas de lo esperado y necesitó fórceps, pero el nuevo primer ministro francés vio la luz al inicio de la tarde. Gabriel Attal, 34 años, el favorito de las quinielas desde que este lunes Emmanuel Macron despidiera a Elisabeth Borne, se convierte en el jefe de gobierno más joven de la historia de Francia.

El nombramiento ha debido pasar las reticencias de todas las tendencias que componen el "macronismo" y de otros pesos pesados del actual gabinete que no están seguros de repetir mandato con su nuevo jefe o, incluso, de querer trabajar con él.

Su aspecto de adolescente puede transformarse rápidamente en arrugas y ojeras ante los desafíos que le esperan: una Asamblea sin mayoría para el presidente y radicalmente polarizada, una crisis económica y social -a pesar de algunas cifras que sirven para deslumbrar en el exterior-, una inseguridad y violencia creciente en las calles con unos Juegos Olímpicos de verano, la amenaza rampante del islam político y la batalla para las elecciones europeas en junio, donde el partido de Marine Le Pen es favorito, según los sondeos.

Ministro de Educación desde hace solo seis meses, Gabriel Attal se había convertido en poco tiempo en uno de los políticos favoritos de los franceses tras haber mostrado una firmeza sin precedentes al frente de este ministerio: la prohibición de la túnica islamista (Abaya) en las escuelas, la defensa sin complejos del laicismo, el endurecimiento de las medidas contra el acoso escolar y la llamada a recuperar el concepto de autoridad en la enseñanza pública.

Tránsfuga del Partido Socialista

Militante socialista entre 2006 y 2016, trabajó cinco años (2012-2017) en el Ministerio de Sanidad del socialista François Hollande. Como otros tránsfugas del PSF, se alistó al macronismo cuando el actual presidente se lanzó al sprint que le acabó llevando al Elíseo. A partir de entonces, una carrera política a velocidad "Mach 10" le ha llevado de secretario de Estado a Portavoz de gobierno, ministro de "Cuentas Públicas" y responsable de Educación.

Gabriel Attal, niño prodigio de la política, era uno de los cachorros preferidos del presidente entre los juveniles del partido Renacimiento. Joven, ambicioso y bien preparado intelectualmente, puede ser considerado por Macron como un "miniyo", un clon del jefe del Estado. Nacido en Clamart (sudoeste de París), Gabriel Nissim Attal, al que algún periodista español "bienintencionado" intentaba hacer pasar por descendiente de magrebí, es hijo de un judío nacido en Túnez y de una cristiana ortodoxa, descendiente de rusos pertenecientes a la minoría griega de Crimea. En 2018 decidió "salir del armario", para aclarar los rumores bien fundados sobre su homosexualidad.

Attal es presentado por los principales medios próximos a Macron como el mejor cartucho del presidente para dar un nuevo aliento a la presidencia, tras las crisis vividas y sufridas por la exprimera ministra cesada el lunes. Conocida como "Madame 49.3", por el artículo de la Constitución que permite aprobar leyes sin pasar por el debate parlamentario, Borne consiguió sacar adelante una reforma de las pensiones que aumentó de 62 a 64 años la edad de jubilación, lo que supuso un trauma para la población francesa (sorprendente para cualquier otro europeo) y, como es habitual, dio pie a enormes manifestaciones que, sin embargo, no frenaron la iniciativa.

Elisabeth BorneEP

Pero a Elisabeth Borne le esperaba una prueba todavía más complicada. La Ley de Inmigración no era tan rechazada en las calles, pero para ser aprobada necesitó un endurecimiento del proyecto inicial que llevó a la oposición conservadora de Los Republicanos y, sobre todo, al partido de Marine Le Pen a votar a favor y a cantar "una victoria ideológica".

El problema no era solo Borne, sino la ausencia de mayoría absoluta que dejó a Macron, tras las legislativas de 2022, a merced no solo de los extremos del arco parlamentario, sino también de Los Republicanos, de las diferentes fuerzas de centroderecha que le sostienen en el legislativo e, incluso, de su propio partido, Renacimiento, dividido entre diputados provenientes del socialismo y, otros, antiguos compañeros del 'sarkozismo'.

Gabriel Attal, ¿la mejor arma anti-Le Pen?

Ante el nuevo año que comienza y la primera cita electoral, las europeas de junio, Macron sabe que el principal rival de su formación es el presidente de Reagrupamiento Nacional (RN), Jordan Bardella, el delfín de Marine Le Pen, que encabeza encuestas y escala a gran ritmo el Tour de la montaña en simpatía popular.

El enfrentamiento de junio en las urnas servirá de prueba para conocer la fuerza de los grupos políticos que apoyan el macronismo. Elisabeth Borne no tenía, a los ojos de Macron, el carisma y la popularidad para poder enfrentarse a RN y a su joven líder Bardella (28 años).

Gabriel Attal, nuevo jefe de Gobierno francés
Gabriel Attal, nuevo jefe de Gobierno francésEuropa Press

Por eso, las primeras apuestas para señalar el sustituto de Borne subrayaban la idoneidad de Gabriel Attal, un representante de la nueva generación, como Bardella, aunque proveniente de la clase privilegiada, frente al hijo de inmigrantes italianos criado en una "banlieue" y candidato del partido Le Pen.

Frenar a RN es el objetivo número uno del presidente en la lucha electoral que comienza en junio y finalizará en las presidenciales de 2027, a las que Macron no podrá presentarse por haber agotado dos mandatos seguidos. El actual inquilino del palacio del Elíseo opta con Attal por un fiel que no le presentará ni un problema ni la mínima contradicción en público. No sería lo mismo con un político más veterano, como los también aspirantes a la jefatura de gobierno, derrotados hoy -de momento- como el titular de Finanzas, Bruno Le Maire (ex de Los Republicanos) o Gerald Darmanin, ministro del Interior y eterno fiel al conservador Nicolas Sarkozy.

El poder del jefe de gobierno en el sistema superpresidencialista francés es bastante relativo. Como ya dijo Sarkozy, refiriéndose a su primer ministro, François Fillon, "él es solo un colaborador del presidente". En el caso de Macron, nadie puede imaginar que alguien pueda tomar decisiones de peso sin su permiso, y no solo las que la Constitución de la V República le confiere en exclusiva.

Por eso, la oposición y ciertos analistas políticos avanzan que la "osadía" de nombrar a Gabriel Attal jefe de gobierno podría convertirse en un nuevo y efímero golpe de comunicación de Macron.

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