Tras la muerte de, Fidel Castro, la revista Forbes ha calculado que el dictador cubano dejará a su hermano Raúl Castro una herencia valorada en 900 millones de dólares. Esa cantidad convertiría al líder revolucionario en uno de los mandatarios más ricos del mundo. En concreto, lo situaría en la séptima posición de su lista por delante de la reina Isabel de Inglaterra y de Beatriz de Holanda.
La lista la forman los 10 gobernantes o soberanos más adinerados del planeta, está encabezada por el rey de Arabia Saudí, Abdulá Bin Abdelaziz, al que la publicación le calcula una fortuna de 21.000 millones de dólares.
Le sigue el sultán de Brunei, Haji Hasanal Bolkiah, con 20.000 millones de dólares; el presidente de Emiratos Arabes Unidos, jeque Jalifa bin Zayed Al Nahyan, con 19.000 millones, y el emir de Dubai, Mohamad bin Rachid Al Maktum, con 14.000 millones. En Europa, destaca el príncipe Hans-Adam de Liechtenstein, con 4.000 millones de dólares y el príncipe Alberto de Mónaco, con 1.000 millones, que ocupan el quinto y sexto lugar.
Según la publicación, Castro tenía unos 110 millones de dólares en el año 2003 y logró multiplicar esa fortuna por ocho hasta la fecha de su muerte.