El Gobierno de Irán no logra contener unas protestas por la muerte de Mahsa Amini que ya dejan seis muertos y multitud de heridos, tras una nueva noche de manifestaciones y choques con las fuerzas de seguridad a lo largo del país. Las protestas comenzaron tímidamente el viernes tras conocerse la muerte de Mahsa Amini, detenida por la 'policía de la moral' por llevar mal puesto el hiyab (el velo islámico) y se han ido extendiendo, con cada vez más violencia, en más puntos del país.
Ni la represión policial, que está usando materiales antidisturbios, ni las promesas del presidente, Ebrahim Raisí, de que se investigará a fondo la muerte de la joven de 22 años, ni el envío de emisarios del líder supremo de Irán, Ali Jameneí, a la familia de la fallecida parecen suficientes para poner fin a las protestas. Así, el país persa vivió anoche una nueva jornada de protestas a lo largo del país, las mayores en años.
Los medios estatales informaron de manifestaciones en “limitadas” ciudades del país, donde se lanzaban proclamas contra el Gobierno y se atacó a la Policía, según las versiones oficiales. Pero los vídeos compartidos en redes sociales por periodistas y activistas iraníes mostraba duros choques en numerosas provincias, unas imágenes cuya autenticidad no está verificada. Un agente resultó herido en la ciudad de Mashhad (noreste) después de que atacantes le prendieran fuego, si bien otros manifestantes acudieron en su rescate con un extintor, según informa la agencia de noticias Tasnim.
En la ciudad de Kerman, en el sureste de Irán, una joven se cortó el pelo mientras a su alrededor otros manifestantes gritaban "muerte al dictador”. En otros vídeos se ve a mujeres en las calles tirando sus velos a hogueras, en un gesto que ya se ha convertido en símbolo de las protestas. De nuevo, los manifestantes gritaron un día más "Justicia, libertad y no al hiyab obligatorio" y "Mujeres, vida, libertad”.
En un primer momento, tras difundirse la noticia de la muerte de la joven, las autoridades afirmaron que Amini sufría problemas de salud, pero su familia lo ha negado. El jefe de la Policía de Teherán, Hossein Rahimi, calificó el lunes la muerte de Amini como "un incidente desafortunado" y afirmó que es falso que la joven fuese golpeada o maltratada bajo custodia policial.
El Gobierno del presidente ultraconservador Ebrahim Raisí ha aumentado en los últimos meses la presión para que las mujeres cumplan con las estrictas reglas de vestimenta. El velo es obligatorio desde la revolución de 1979 liderada por el ayatolá Ruholá Jomeiní, quien declaró que sin él las mujeres estaban “desnudas".