El primer ministro de Israel, Naftali Bennett, ha afirmado este domingo que tanto judíos como musulmanes tienen "libertad de culto" en la Explanada de las Mezquitas en Jerusalén, también conocida como el Monte del Templo para los judíos.
La declaración se ha producido después de que la Policía israelí y jóvenes musulmanes se hayan enfrentado en este lugar, en el mismo día que judíos están celebrando la fiesta del ayuno de la Tisha B'Av, coincidiendo con la fiesta musulmana el Eid al Fitr.
Los musulmanes arrojaron piedras a la Policía, según han denunciado fuerzas de seguridad, mientras la Autoridad Palestina y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) ha acusado directamente a las fuerzas israelíes de escalar las hostilidades lanzando gases lacrimógenos y granadas paralizantes.
Asimismo, Bennett ha agradecido al ministro de Seguridad Pública, Omer Barlev, y al jefe de la Policía de Israel "manejar los eventos en el Monte del Templo con responsabilidad y consideración, mientras mantenían la libertad de culto para los judíos", recoge 'The Times of Israel'.
Por su parte, la Autoridad Palestina ha responsabilizado a Israel de este incidente. "Estas provocaciones israelíes plantean un desafío a las demandas estadounidenses que han pedido la preservación del statu quo histórico en Jerusalén", ha dicho en un comunicado recogido por la agencia oficial de noticias palestina Wafa.
El Monte del Templo es el lugar más sagrado del judaísmo y hogar del tercer santuario más sagrado del Islam, la Mezquita de Al Aqsa. Israel capturó el Monte del Templo y la Ciudad Vieja de Jerusalén en la Guerra de 1967. Sin embargo, permitió que Jordania continuara manteniendo la autoridad religiosa en la cima del monte, que los judíos pueden visitar bajo numerosas restricciones.
Prohibido el acceso a no musulmanes
El reciento estuvo cerrado desde el Día de Jerusalén el 10 de mayo hasta el 23 de ese mes de este año, cuando las autoridades tomaron la decisión de prohibir el acceso a los no musulmanes dada la espiral de tensiones en la ciudad por el desalojo forzado de varias familias palestinas en el barrio de Sheij Jarrá, en Jerusalén Este.
Después de once días de intercambio de bombardeos entre Israel y la Franja de Gaza, la ONU ha informado de que el último conflicto en Oriente Próximo se ha saldado con 242 palestinos muertos -23 niñas, 43 niños, 38 mujeres y 138 hombres- así como doce israelíes muertos -cinco hombres, cinco mujeres y dos niños-, además de cerca de 2.000 heridos en la parte palestina y 710 en la israelí. Este conflicto finalizó el 21 de mayo con una declaración de alto el fuego.