La líder opositora bielorrusa y miembro del Consejo de Coordinación para el traspaso pacífico del poder en Bielorrusia, Maria Kolesnikova, ha sido secuestrada por un grupo de individuos desconocidos en la capital de Minsk.
Según a declarado un testigo al medio Tut.by: "Caminaba por la calle y escuché el sonido de un teléfono cayendo sobre el asfalto, una especie de golpe, me di la vuelta y vi que personas vestidas de civil y con máscaras empujaban a María hacia un minibús, una de estas personas tomó el teléfono, saltó al minibús y se fueron".
Los hechos han tenido lugar durante la mañana de este lunes 7 de septiembre cerca del Museo Nacional de Arte, cuando unos desconocidos han subido a Kolesnikova en un minibús que tenía escrito 'Sviaz' (Comunicaciones). La dirección que ha tomado ese vehículo aún se desconoce.
Hasta el momento ha sido imposible ponerse en contacto con la líder opositora, pues no responde a su teléfono móvil desde hace varias horas.
'Trío de Mujeres'
Maria Kolésnikova trabaja como jefa de campaña del arrestado candidato presidencial Viktor Babariko. Junto a la candidata presidencial Sviatlana Tijanovskaya y Veronika Tsepkalo han formado el llamado 'Trío de Mujeres', quienes han sido el foco del Gobierno por sus mítines durante las protestas contra la presidencia de Aleksandr Likashenko.
Ambas opositoras se encuentran fuera de Bielorrusia, bajo la presión y amenazas de las autoridades del país. Svetlana Tijanovskaya abandonó el país y está refugiada en Lituania y Veronika Tspekalo ha huido a Varsovia para evitar ser detenida.
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El secuestro se ha producido 24 horas después de otra gran manifestación contra el presidente bielorruso. La representante del Ministerio del Interior de Bielorrusia, Olga Chemodanova, ha dicho que 633 personas han sido detenidas "por violar la legislación sobre actos masivos" y 363 personas han sido enviadas a salas de aislamiento.
Desde hace cinco semanas los ciudadanos salen a las calles para pedir la renuncia del presidente, para iniciar una transición democrática y pacífica, pues se le considera como el último dictador de Europa.
Por su parte, Lukahsenko ha pedido ayuda a Putin para mantenerse en el poder y Moscú tendría lista una fuerza policial para intervenir en el país si las protestas se recrudecen.