El Gobierno británico y el irlandés han llegado a un principio de acuerdo para mantener la frontera norirlandesa abierta tras la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), según informó este lunes la cadena pública RTE.
Este medio indicó que ha tenido acceso al borrador presentado en Bruselas por la primera ministra británica, Theresa May, a los negociadores comunitarios, en el que acepta que no habrá "divergencias" entre las reglas del mercado único y la unión aduanera que se aplicarán en toda la isla de Irlanda después del "brexit".
Esta es una de las demandas de Dublín para mantener invisible la frontera con la provincia británica de Irlanda del Norte, clave para las economías de las dos jurisdicciones y su proceso de paz, protegido por el acuerdo del Viernes Santo (1998).
Si May y su colega irlandés, el democristiano Leo Varadkar, aceptan los términos de este acuerdo, las conversaciones que mantienen Londres y Bruselas sobre este divorcio podrían pasar a la siguiente fase, cuando prevén abordar su relación comercial tras el "brexit".
La primera ministra británica se encuentra hoy en la capital belga para presentar sus propuestas respecto a la cuestión de la frontera, la situación de los ciudadanos y la factura de salida que debe hacer frente su Gobierno.
De acuerdo con la RTE, el citado texto contempla que Irlanda del Norte se mantenga dentro de los espacios económicos del mercado único y de la unión aduanera, aunque el resto del Reino Unido los abandone totalmente.
"Ante la ausencia de soluciones acordadas, el Reino Unido asegurará que no hay divergencia respecto a aquellas reglas del mercado interno y la de la unión aduanera que, ahora o en el futuro, sustentan la cooperación entre el Norte y el Sur y protegen el Acuerdo del Viernes Santo", dice el documento divulgado por la cadena irlandesa.
Vardakar se reúne hoy con su consejo de ministros para abordar estos asuntos y tiene previsto efectuar una declaración al respecto hacia las 14.30 horas GMT, según fuentes oficiales,
La propuesta de solución para la frontera podría chocar con la posición del probritánico Partido Democrático Unionista (DUP), mayoritario entre la comunidad protestante norirlandesa y socio de Theresa May en el Parlamento de Westminster, que no quiere ver mermada su relación con el resto del Reino Unido.
Los unionistas creen que ese distanciamiento haría crecer el apetito de los políticos nacionalistas en Irlanda del Norte y en la República de Irlanda por la reunificación de la isla.
El pasado viernes, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, aseguró en Dublín que la UE apoya al Gobierno de Dublín y que cualquier propuesta sobre la frontera que no sea aceptable para Irlanda tampoco lo será para el bloque comunitario.