Internacional

Macron y la reforma de las pensiones, en manos de la derecha

La oposición francesa pone en jaque tanto la legislatura como la normativa estrella del presidente de la República mientras continúa la violencia y el "terror" por las calles

  • Presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron -

El futuro del gobierno y la ley más importante del segundo mandato de Emmanuel Macron se juegan hoy en la Asamblea Nacional, donde se discutirán dos mociones de censura atizadas por la adopción de la ley que aumenta de 62 a 64 años, la edad mínima para la jubilación sin pasar por el voto de los diputados.

"Si se aprueba una moción de censura, disuelvo las cámaras al instante". Así respondía el presidente en otoño a sus colaboradores, en previsión de una hipótesis que pocos meses más tarde se ha convertido en una posibilidad. Una probabilidad remota, pero que provoca sudores fríos a Emmanuel Macron, según sus colaboradores.

De las dos mociones de censura que se debatirán hoy hay una que desde su firma se sabe que fracasará. Es la presentada por el partido de Marine Le Pen, "Agrupación Nacional" (RN, en su acrónimo francés). Tiene asegurado el apoyo de los 88 diputados de RN, pero pocos más. Insuficientes para obtener los 287 necesarios de un total de 573 (hay 4 escaños vacantes) para derribar al gobierno de Elisabeth Borne.

La iniciativa que ofrece alguna posibilidad de éxito es la presentada por el pequeño partido centrista "LIOT" ("Libertades, Independientes, Ultramar y Territorios"), que cuenta con 20 representantes en la cámara. El principal responsable de este partido, Charles de Courson, es el diputado más longevo de la Asamblea, donde tiene representación desde 1993. Siempre en las filas de partidos de centroderecha, es decir, en la línea de Macron, ha perdido la paciencia con la aplicación de la bomba nuclear constitucional, es decir, el artículo 49.3 utilizado por el gobierno del presidente para evitar el voto de la reforma entre los diputados. "Es inadmisible utilizar el 49.3 e incendiar el país", – denunció – "es una denegación de la democracia".

Críticas de sus aliados a Macron: “Una banda de arrogantes”

"La Francia Insumisa" (LFI), la extrema izquierda de Jean-Luc Melenchón, prefirió el viernes no presentar su moción y apoyar la de LIOT. Con ello evitaba ser criticada por no secundar la de Le Pen, cuando esta sí hubiera votado favorablemente la de LFI. La lucha política entre los extremos es otra batalla permanente en el Hemiciclo.

La iniciativa de LIOT tendrá los votos de toda la izquierda (LFI, (74 diputados) socialistas 31), comunistas (22) y ecologistas (22). Un total de 149. A la iniciativa se unirán los 88 representantes de Marine Le Pen, más dos o tres diputados "no inscritos", es decir, sin representación de grupo. En total, unos 240 votos por la censura, muy lejos de los 287 requeridos para derribar al gobierno y lanzar la reforma a la basura.

El partido de Emmanuel Macron ("Renacimiento") cuenta con 170 diputados; sus aliados parlamentarios del centrista MODEM, 51, a los que hay que añadir los 29 del partido "Horizontes", del primer ministro de la era Macron, Edouard Phillipe. Una suma de 250 votos casi asegurados contra la moción de censura; casi, porque incluso algún macronista podría "traicionar" a su jefe, y otros, como el centrista del MODEM, Richard Ramos, podrían inclinarse por la censura tras tratar al gobierno y al presidente como "una banda de arrogantes".

No existe entre los miembros de "Renacimiento" y sus dos aliados parlamentarios una adhesión a la Ceaucescu en favor de Macron. La artificialidad de esta alianza formada por tránsfugas socialistas y conservadores, y el trato altanero del presidente hacia sus propios aliados, podría provocar más de una sorpresa en el voto. Un diputado macronista ha llegado a decir que "no se puede insistir en hacer le bien contra la voluntad de los franceses".

Así las cosas, la derecha moderada de "Los Republicanos" (LR) tienen en su mano el éxito de la moción de censura. Su líder, Eric Ciotti, se apresuró tras la adopción del 49.3, a "comportarse como un partido de gobierno" y negarse a respaldar la censura al gabinete. Pero LR sufre disensiones internas y luchas fratricidas que no aseguran la adhesión de sus 61 representantes a las tesis de su jefe. "Los Republicanos", que en su programa electoral propugnaban la edad mínima de la jubilación a los 65 años, se enfrentan al dilema de adherirse a la propuesta de Macron y convertirse en la tabla de salvación de su enemigo político, u optar por empujar a la cuneta a un presidente que ha llegado al poder "robándoles" más de la mitad de sus votantes y, entre los tránsfugas, a sus principales "estrellas", como el actual ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, o el responsable de Interior, Gerald Darmanin, antiguos pesos pesados de la derecha heredera de Nicolas Sarkozy.

Si la moción de censura es derrotada, los oponentes a la reforma de las pensiones tienen tres opciones para insistir en su derogación. Un recurso ante el Tribunal Constitucional, el llamado "Referéndum de Iniciativa Ciudadana - que necesita más de cuatro millones de firmas y una compleja yincana administrativa -" y, claro está, "la insurrección cívica que conduzca a la revolución ciudadana" con la que sueña el "líder máximo" de la extrema izquierda, Jean Luc-Melenchón.

La violencia y “Terror”

La violencia que se ha desatado desde el jueves pasado a manos de grupos ultraizquierdistas y profesionales de la destrucción, como los eurofamosos "Black blocs", aterra a los responsables de Interior, que temen la propagación de los disturbios. Los principales sindicatos empiezan a dividirse sobre la condena o la justificación del vandalismo, y ello podría debilitar la unidad sindical demostrada hasta ahora. Melenchón y sus “insumisos” se guardan muy bien de criticar los actos de salvajismo que durante varias noches han sufrido varias ciudades francesas.

El fantasma de los "chalecos amarillos" en su versión más radical y violenta, flota sobre el ambiente. Los diputados que han mostrado su apoyo a la reforma de la edad mínima para optar a la jubilación han pedido ayuda al Ministerio del Interior, pues temen por su integridad física y la de su familia. El líder de Los Republicanos, Eric Ciotti, se despertó el domingo con las imágenes de su cuartel electoral en Niza, sin cristalera, apedreada y destrozada. Ciotti ha asegurado que "no cederá ante los nuevos discípulos del Terror", es decir, el período de matanzas indiscriminadas y extrajudiciales que, cuatro años después de la Revolución de 1879, inundó de sangre Francia y que acabó incluso con la decapitación de uno de sus inspiradores, Maximilien de Robespierre, ídolo de Melenchón y de otros políticos similares en Europa.

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