La canciller Angela Merkel ha advertido de que la política de la UE se ha convertido en "casi una cuestión interna" para Alemania, al tiempo que se comprometió a centrar sus esfuerzos ante los comicios europeos en combatir las corrientes populistas y euroescépticas.
"A Alemania sólo le va bien cuando le va bien a Europa", enfatizó Merkel tras presidir un consejo de ministros extraordinario de dos días centrado en fijar las líneas maestras de la legislatura que arrancó con su investidura, a finales de diciembre. La canciller repitió así una frase que, como admitió, ha sido su máxima durante toda la crisis de la eurozona y ratificó su fidelidad a lo que define como "política social de mercado" o seña de identidad de su Unión Cristianodemócrata (CDU).
Sobre el líder del Partido Socialdemócrata (SPD), vicecanciller y ministro de Economía y Energía, Sigmar Gabriel, con quien compareció ante los medios, Merkel afirmó: "Seremos rivales en la campaña, porque es natural que así sea".
"Ello no quita que ambos estemos comprometidos a gobernar juntos los cuatro años de la legislatura", añadió la canciller, así como que los dos principales partidos alemanes compartan el objetivo común de concentrar esfuerzos frente a los movimientos antieuropeos.
"Defenderemos juntos Europa", añadió por su parte Gabriel, convencido de que Berlín no puede "dejar el gran proyecto que es Europa en manos de aquellos que pretenden destruirlo. Hay muchas formaciones antieuropeas y ultraderechistas en marcha".
Por encima de las diferencias y de esa "confrontación natural" que se producirá entre la CDU y el SPD en campaña, tanto ante los comicios europeos del 25 de mayo como en las sucesivas elecciones regionales que se avecinan, Merkel y Gabriel insistieron en los intereses compartidos, tanto en la UE como en política interna.
"A Alemania sólo le va bien cuando le va bien a Europa", sostuvo la canciller alemana
La canciller y su vicecanciller comparecieron así como paladines de la lucha contra el populismo, sin hacer referencia a los polémicos proyectos sobre la inmigración lanzados por el tercer partido en la coalición de gobierno, la Unión Socialcristiana de Baviera (CSU). Frente a los pronunciamientos de Merkel y Gabriel, esta formación bávara, hermanada a la CDU, representa las proclamas más derechistas del espectro parlamentario alemán, rayano en lo que en otros países son contenidos propios del populismo.
A escala interna, el gran proyecto de la legislatura es, dijo Merkel, lograr una transición energética -con el cierre gradual de las plantas atómicas hasta el desarrollo de las renovables- que garantice el suministro, no dispare la factura eléctrica y sea, a la vez, ecológica.
La canciller aludió así a uno de los aspectos más controvertidos del paquete energético -la reducción de las subvenciones a las renovables-, foco de las críticas por parte de la oposición pero que el Gobierno defiende como necesario para frenar los costes del consumo.
En esa tarea deberá centrarse Gabriel, aunque la canciller dejó claro que ella es quien toma las decisiones "en todos los ámbitos", incluidos los ministerios clave que dirige el SPD: Economía, Exteriores y Trabajo.
La canciller marcó la línea en la política exterior alemana en su primera gran coalición y seguirá haciéndolo en esta legislatura -entonces, como ahora, con el socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier como ministro-.
Al igual que se propone aplacar a los consorcios del sector frente a la transición energética que dirigirá Gabriel, Merkel imprimirá el sello de la CDU en la reforma de las pensiones encomendada a la ministra de Trabajo, Andrea Nahles.
Entre otros puntos, la reforma de las jubilaciones posibilitará el retiro a los 63 años a quienes hayan cotizado durante 45 años, así como una serie de mejoras para las madres con hijos nacidos antes de 1992 y subidas en las pensiones de invalidez.
El coste de este paquete se estima en 60.000 millones de euros hasta 2020, sin que esté claro de dónde saldrán y teniendo en cuenta que al frente de Finanzas sigue Wolfgang Schäuble, el hombre fuerte de Merkel en la anterior legislatura y estandarte de la austeridad.