Las protestas por el asesinato de Mahsa Amini suman un día más imágenes no vistas en el país desde la Revolución. Este miércoles, miles de iraníes han desafiado a las autoridades y se han congregado en la tumba de la joven kurda para conmemorar el fin del duelo por su muerte. Amini falleció el 16 de septiembre, tras ser detenida por la Policía de la moral en una jornada en la que se produjeron choques con las fuerzas de seguridad.
El rito de rememorar al difunto 40 días después de su muerte, que pone fin al luto familiar, está profundamente arraigado en la cultura chií -la rama del islam predominante en Irán-. Un rito que se ha extendido a la población iraní hasta reunir a una multitud de unas 2.000 personas en el cementerio en el que está enterrada la joven según medios oficiales como Fars, aunque los vídeos compartidos por los activistas apuntan a cifras incluso mayores. El área contaba con una considerable presencia policial y las autoridades advirtieron a la población para que evitaran acudir al acto en el cementerio de Aichi, en la Saqez (Kurdistán) natal de Amini.
También la oficina del gobernador provincial trató de disuadir a los manifestantes con el anuncio de que la familia no iba a celebrar la ceremonia. Sin embargo, los manifestantes se reunieron y, tanto hombres como mujeres -que ondeaban sus velos-, corearon gritos de "mujer, vida, libertad", "libertad, libertad, libertad" y, dedicados al líder supremo Ali Jameneí, "muerte al dictador".
Choques de los manifestantes con la autoridad
La localidad fue el escenario de choques con las fuerzas de seguridad, calificados por los medios oficiales como la agencia ISNA como "enfrentamientos dispersos". La ONG kurda Hengaw difiere del tono oficial y eleva el tono sobre las protestas, denunciando que la Policía llegó a usar gases lacrimógenos y a disparar contra la multitud -aunque los medios no lo han confirmado-.
En toda la provincia del Kurdistán las autoridades restringieron el acceso a internet con tal de controlar las protestas, según informó la plataforma NetBlocks, que supervisa la censura en la red, y ha recogido EFE.
Fue en el mismo cementerio de Aichi donde el 17 de septiembre, un día después del asesinato de Amini por la Policía de la moral por llevar mal puesto el velo islámico, comenzaron las protestas con la quema de pañuelos. Los días consecutivos las protestas se han sucedido con una adherencia mayor de la esperada, siendo uno de sus mayores núcleos las universidades. La represión de estas ha elevado la cifra de muertos hasta los 108, según la ONG Iran Human Rights.
Hasta hoy, al menos 1.013 personas han sido acusadas por la Justicia iraní por participar en las protestas, según los datos revelados este miércoles, en su gran mayoría con cargos de "intención de actuar contra la seguridad del país” y "propaganda contra el sistema”.
La jornada con más movilizaciones en semanas
Con motivo de la conmemoración de la muerte de la joven, en Teherán, Qom, Kerman, Mashad, Isfahan, Shiraz o Tabriz se han producido nuevas protestas, que aunque limitadas en tamaño supusieron la jornada con más movilizaciones en las últimas semanas.
De la jornada destacan por su peso y situación las protestas en la capital, Teherán, que se produjeron en el conservador Gran Bazar y en la sede de la Organización del Consejo Médico de Irán y fueron duramente reprimidas por las fuerzas de seguridad.
Las proclamas que abanderan estas manifestaciones "¡Mujer, vida, libertad!" las profieren sobre todo mujeres y jóvenes. Lanzan consignas contra el Gobierno y queman velos, uno de los símbolos de la República Islámica y algo impensable hasta no hace mucho. Dada la violenta respuesta de las autoridades, los manifestantes han hecho de las universidades su centro neurálgico, mientras que las calles e institutos se han vaciado prácticamente. Sin embargo sí se mantienen en las calles fuera de las fronteras de la República Islámica, donde se han producido numerosas concentraciones contra la represión de las protestas.
Sanciones internacionales
El Gobierno de Irán anunció este miércoles sanciones contra doce personas y ocho entidades europeas por lo que consideran “acciones deliberadas en apoyo del terrorismo y de grupos terroristas”, entre ellas los españoles Javier Zarzalejos, Hermann Tertsch y Alejo Vidal Quadras.
El Ministerio de Exteriores iraní afirmó que las sanciones son una respuesta "recíproca" a las medidas restrictivas impuestas por la Unión Europea a mediados de mes a Irán por la represión contra los manifestantes.
Las personas y entidades europeas han sido sancionadas "debido a sus acciones deliberadas de apoyo al terrorismo y grupos terroristas, la promoción e incitación al terrorismo, y propagación de la violencia y el odio, lo que ha causado disturbios, violencia, actos terroristas y violaciones de los derechos humanos contra la nación iraní", indicó la cartera de Exteriores.