La escritora Alice Munro, galardonada con el premio Nobel de Literatura en 2013, ha fallecido este martes a los 92 años. Conocida como la Chéjov canadiense, la escritora elevó el relato corto a la altura del Nobel con tramas que giraban en torno a la condición azarosa de la vida, las flaquezas de la condición humana, las desapariciones y los retornos de personajes y lugares. La relación entre memoria y realidad es otro tema recurrente en los dilemas morales que Munro incluía en sus relatos que apasionaron a lectores de todo el mundo.
Munro nació en 1931 en el seno de una familia de granjeros canadienses presbiterianos emigrados de Escocia y desde la más temprana niñez fue una infatigable escritora de cuentos. Comenzó a estudiar periodismo y filología inglesa en la Universidad de Western Ontario, pero la abandonó al casarse en 1951. Junto a su marido, con quien compartía tres hijas, abrió una librería en Victoria.
"El cuento resulta la forma en la que me siento cómoda. Yo siempre pensé que iba a ser novelista. Me decía que cuando mis chicos fuesen grandes y yo tuviese más tiempo para escribir novelas, iba a hacerlo. El cuento estaba puramente determinado por el largo de las siestas de mis hijos. Pero después resultó que ésa fue la manera en la que aprendí a escribir y ya no pude hacer otra cosa. Igual debo aclarar que las novelas que más me gustan son las cortas", señalaba la escritora en una entrevista en el año 2009.
"Atroz", el escaso número de mujeres premiadas
En aquellas fechas, era la eterna candidata al Nobel de Literatura, consagrada como una de las escritoras más influyentes del momento, Margaret Atwood la calificaba como "una santa literaria internacional", y era una de las firmas más prestigiosas de la conocida revista 'New Yorker'.
Fue su hija la que le comunicó la noticia del premio literario más prestigioso del mundo: "¡Mamá, has ganado!". Munro tenía entonces 82 años, acababa de anunciar que padecía cáncer y que posiblemente no volvería a escribir nunca más. La Academia sueca le otorgó el galardón por ser la "maestra del cuento contemporáneo". "Con medios sutiles, es capaz de demostrar el impacto que acontecimientos aparentemente triviales pueden tener en la vida de una persona", señalaba el fallo del jurado. En las entrevistas posteriores, Munro consideró "atroz" el escaso número de mujeres premiadas con el Nobel.
Fue también su hija la que recogió el galardón en una ceremonia en la que Munro, a través de un vídeo, recordaba el final de La sirenita y cómo le impactó tanto que decidió reescribirlo: “Después de todo, lo que había estado dispuesta a hacer para conseguir al príncipe me pareció que merecía algo mejor que morirse en el agua”, dijo la escritora sobre estos primeros acercamientos a la literatura.
Sus cuentos han sido publicado en colecciones como ¿Quién te crees que eres? (1978), Las lunas de Júpiter (1982), Escapada (2004), La vista desde Castle Rock (2006) and Demasiada felicidad (2009).