Al menos 34 personas han muerto en un ataque perpetrado esta pasada noche por un grupo de hombres armados contra un autobús de pasajeros en el oeste de Etiopía, según ha informado este domingo la Comisión de Derechos Humanos, una ONG independiente del país, en un comunicado.
El ataque ocurrió concretamente en el estado de Benishangul-Gumuz, un escenario de sangrientos episodios de violencia étnica situado a lo largo de la frontera entre Etiopía y Sudán, y tuvo como objetivo a los pasajeros del vehículo, que cubría el trayecto entre las ciudades de Wonbera y Chagni.
El número de fallecidos aumentará probablemente en las próximas horas, según la ONG, que además ha avisado de que están ocurriendo "ataques parecidos en las woredas (o distritos) de Wubgish, Yamp y Kidoh", según un mensaje publicado en Facebook.
"El ritmo implacable de los ataques contra civiles en Benishangul-Gumuz exige una mayor vigilancia y una acción más coordinada entre las fuerzas de seguridad regionales y federales", ha lamentado el director general de la organización, Daniel Bekele.
"Instamos a las autoridades judiciales y de seguridad federal y regional a trabajar juntas, y en consulta con la comunidad local, para rediseñar una estrategia de seguridad regional que pueda poner fin a estos ataques", ha concluido.
Ataques previos en la misma zona
Las Fuerzas Armadas se desplegaron el mes pasado en algunas zonas de Benishangul-Gumuz después de que al menos 140 personas muriesen y varias miles tuviesen que abandonar sus hogares por otros ataques previos registrados este mes. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) estima que Etiopía tiene más de 1,8 millones de desplazados internos.
Estos ataques ocurren en un momento extremadamente delicado en Etiopía, cuyas autoridades están inmersas en un conflicto armado en la región septentrional de Tigray, que amenaza con extenderse a la vecina Eritrea.