Internacional

La "neutralidad" China: claves de una estrategia 'complaciente' ante la invasión de Ucrania

El Gobierno chino busca salir airoso del fuego cruzado que mantienen Rusia y Occidente. El gigante asiático aspira a convertirse en el 'gran maestro' de la imparcialidad en el juego de las relaciones internacionales

  • Vladímir Putin y Xi Jinping / -

China lanzó este viernes 12 puntos que definen su "propuesta para la resolución política de la crisis ucraniana", un listado de iniciativas ambivalentes cargadas de referencias al respeto de la soberanía nacional por parte de ambos contendientes con las que llama a "abandonar la mentalidad de la Guerra Fría". Entre líneas, el gigante asiático evita alejar posiciones de Rusia, mantenerse como una "potencia responsable" a ojos de Occidente, y erigirse como el paladín del sur global, que ve en el conflicto una crisis regional que lo perjudica y en la que se ha aplicado un "doble rasero" respecto a sus propios conflictos.

El presidente chino, Xi Jinping, sigue una estrategia "complaciente" ante la comunidad internacional que permita a su país recuperarse de los estragos causados por su política de COVID-Cero sin perder sus alianzas económicas tanto con Rusia como con sus socios europeos y, en el camino, trata de abrirse camino para crecer en el sur global.

La posición china: "un equilibrio casi imposible"

China busca alcanzar un "equilibrio casi imposible", relata la investigadora del CIDOB Inés Arco a Vozpópuli. El país hace malabares con distintos conceptos: por un lado, con su postura retórica ante la invasión; por otro, con su postura económica. A todo ello se suman más variantes: su imagen ante Occidente y su relación con Rusia. Cuatro bolas con las que Xi juega para mostrar a la República Popular China como una "potencia responsable", defiende Arco.

Pekín aspira a mantener esta retórica balanceándose sobre fina cuerda, la estrategia: no condenar la invasión ni mostrar su apoyo a Putin. Raquel Isamara León, directora del Observatorio de Política China, describe la jugada Xi Jinping como propia de un mago experto que se vende ante su público como "promotor de paz dentro del sistema internacional", mientras mantiene su vínculo con Rusia. La especialista ensalza la capacidad mediática de RPCh para implantar ese discurso en el imaginario colectivo a nivel mundial.

Respecto al Donbás, el gigante asiático se mantiene distante, como el padre que evita inmiscuirse en los asuntos de un adolescente rebelde, sin reconocer la independencia o anexión de la región. En el aspecto económico -el gran designio de China- ha estrechado su relación con Rusia y ha disparado la compra del petróleo que Moscú vende a precios descontados a sus socios.

Para la experta del CIDOB, hay un elemento más en este juego: si China dará apoyo militar a Putin. Según Der Spiegel, los socios asiáticos están negociando la compra de hasta 100 drones para su uso en Ucrania. Un escenario "poco probable", asegura Arco, ya que marcaría un cambio drástico en la estrategia de Xi Jinping y acabaría con su relación con Occidente, del que depende tanto a nivel económico como tecnológico, un vínculo -especialmente, con Estados Unidos- que se tambalea.

Representante del "sur global"

En este delicado equilibrio, China trata de abrir otra puerta: la de representar el sur global. Intenta atraer a estos países, que no ven la guerra como una cuestión global sino como un elemento regional de Europa, para ampliar su influencia internacional. Construye un discurso con el que logra, por ejemplo, sus abstenciones en Naciones Unidas con respecto a la invasión de Ucrania. Son los estados que más sufren el impacto de la guerra en las cadenas de suministro, en la seguridad alimentaria -a la que Pekín alude en sus 12 puntos para la paz-, y con ello atiende a las demandas de estos países, que denuncian el "doble rasero" Occidental en materia de conflictos, de los que en la mayoría han sido y son víctimas.

Cerca de Xi Jinping camina Narendra Modi, presidente de la India, que aunque mantiene un posicionamiento leve -especialmente, de apoyo económico a Rusia-, también sostiene el discurso de que "no es un momento para estar en guerra", dice Arco.

El gigante asiático tiene "aversión al riesgo"

Ante la pregunta sobre cuál puede ser la postura china ante la -probable- cronificación del conflicto, Arco ve un elemento clave: Pekín tiene "aversión al riesgo". "China intentará mantener su postura lo máximo posible, le permite posicionarse para ser parte de la reconstrucción de Ucrania", afirma. Una jugada que Xi Jinping ya implementó en guerras como la de Siria o Yemen. "Lo que necesita es estabilidad, status quo, es posible que prefiera mantenerlo a toda costa", añade. Sea cual sea la circunstancia, ambos países comparten 4.000 kilómetros de frontera, así como su reticencia hacia Estados Unidos y Occidente, y "dejar ir a Rusia tampoco supone ningún beneficio". Por ello, el gigante asiático seguirá avanzando por la cuerda floja en la que no dará un apoyo incondicional que pueda perjudicar sus propios intereses.

Además, la experta aclara, un apoyo notorio a Putin, a pesar de cualquier beneficio que pudiera reportar, haría de China el siguiente objetivo una vez terminara la guerra.

Rusia y el chantaje energético

En el último año, el mundo entero ha sido testigo de cómo gran parte de Europa depende del gas ruso y que si el gran vecino del este decide cortar el grifo, muchos países tendrían serios problemas de suministro. Las principales economías del Viejo Continente han puesto el ojo al otro lado del Atlántico para buscar una alternativa a la dependencia de los recursos rusos. No obstante, si la Unión Europea pierde un proveedor, Rusia pierde clientes; la solución: buscar nuevas rutas de destino.

Isamara León explica a este medio que la estrategia de las grandes potencias asiáticas para remodelar el mercado energético empezó mucho antes de la invasion de Ucrania. Respecto a esta transición, "China juega un papel sumamente importante, ya que existen instituciones como la Organización De Cooperación De Shanghái que en el tema energético ha evolucionado, pero que por la región y los actores que involucra no se genera muchísima cobertura desde Occidente", detalla. El peso de esta organización es tal que -según detalla la especialista- "ha llevado a construir un corredor que ya no solamente incluye a los países aledaños a Rusia y China, sino que también comienza a expandirse hacia actores clave en Medio Oriente, como lo es el caso de Irán".

China desfila airoso entre el fuego cruzado que mantienen Rusia y Occidente. Xi Jinping busca mantener esta condición y crear "una ventana de potencial diálogo en donde mandatarios tanto por el lado ucraniano como por el lado ruso participen", defiende la directora del OPCh. El gigante asiático intenta encontrar una solución rápida para la contienda, ya que si el conflicto se cronifica podría condicionar seriamente una de las áreas clave de la política china, la economía.



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