Internacional

La visita de Pelosi desata un gran despliegue militar de China en el Estrecho de Taiwán

La prensa china compara la situación con la Crisis de los Misiles en Cuba. Pekín anuncia maniobras militares en torno a Taiwán del 4 al 7 de agosto

La visita a Taiwán este martes de la presidenta del Congreso de EEUU, Nancy Pelosi, la primera de este tipo desde 1997, ha disparado el despliegue militar en el estrecho de Formosa, una situación que la prensa china compara con la Crisis de los Misiles en Cuba. "Esta es la versión del Estrecho de Taiwán (también llamado de Formosa) de la Crisis de los Misiles en Cuba. Estados Unidos es el provocador. El mundo está observando si Pelosi va a apretar el gatillo con sus propias manos", advierte el diario 'Global Times', instrumento de propaganda del régimen chino, en un comentario publicado en Twitter. Para el medio chino, la llegada de Pelosi, que acaba de aterrizar en Taipéi, es equiparable al conflicto diplomático entre EEUU, Cuba y la Unión Soviética de octubre de 1962, uno de los máximos momentos de tensión de la Guerra Fría.

El avión en el que viaja la presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU aterrizó a las 22.43 hora local (14.43 GMT) en el aeropuerto Songshan de Taipéi, dando comienzo a una visita contra la cual Pekín había anunciado represalias. A su llegada, tras un viaje de siete horas que comenzó en Kuala Lumpur (Malasia) y en el que esquivó el Mar de China Meridional y sobrevoló Indonesia y Filipinas, Pelosi fue recibida por el ministro de Asuntos Exteriores de la isla, Joseph Wu Chao-hsieh y por la directora del Instituto Estadounidense de Taiwán, Sandra Oudkirk. Pelosi declaró en su cuenta de Twitter minutos después de aterrizar que su visita "honra el compromiso inquebrantable de Estados Unidos con el apoyo a la vibrante democracia taiwanesa".

Antes de su llegada, Pekín, que reclama la soberanía de Taiwán y no descarta invadir la isla, envió en un gesto de fuerza un buque destructor del Ejército chino a unos 80 kilómetros de las costas de la isla de Lanyu, al sureste de Taiwán, según la agencia de noticias isleña, CNA. El destructor, detectado la mañana del martes, tiene un radio de vigilancia de 380 kilómetros a nivel del mar y de hasta 560 kilómetros si monitorea el espacio aéreo a su alrededor.

Mientras, los dos portaaviones de la Armada china se encuentran fuera de sus bases y llevan horas navegando ante la eventual llegada de la alta responsable de EEUU, que mantiene una posición ambigua sobre si defendería a Taiwán en caso de ser atacado por China, uno de los mayores escollos de la relación Pekín-Washington. China también ha enviado aviones de combate Su-35 al Estrecho de Taiwán, según informaron medios estatales del país asiático.

A su vez, la Administración de Seguridad Marítima de China ha anunciado el cierre de áreas marítimas por maniobras militares en el mar de China Meridional y en el mar de Bohai (norte), que en conjunto se prolongarán hasta el 6 de agosto. Un despliegue militar en línea con la advertencia de China de que responderá con "contundencia" a la posible visita de Pelosi, que pondría a prueba las tensas relaciones entre las primeras economías mundiales después de que sus presidentes, Joe Biden y Xi Jinping, trataran de limar asperezas en una videollamada la pasada semana.

Taiwán eleva el estado de alarma

Por su parte, el Ejército de Taiwán -de quien EEUU es el principal suministrador de armas- ha elevado su estado de alerta y el Ejército ha incrementado su preparación de combate, según la agencia CNA. El diario taiwanés 'Liberty Times' publica además que el Ejército de Taiwán ha enviado ocho cazas Mirage-2000 para que se sumen a los cuatro que ya están estacionados en la base aérea de Taitung, al este de Taiwán, mientras el Gobierno de Taiwán se ha mantenido de momento en silencio sobre la posible visita.

Asimismo, cuatro buques de guerra de Estados Unidos, incluyendo el portaaviones USS Ronald Reagan, se encuentran posicionados en aguas al este de Taiwán, según publica hoy el diario hongkonés 'South China Morning Post'.

La controvertida visita de Pelosi, no confirmada por su delegación ni por la Casa Blanca, ha elevado la tensión entre China y EEUU, que ya atravesaban uno de los peores periodos de sus relaciones en décadas, y el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, condenó este martes la "deplorable traición" de Washington si acaba teniendo lugar. "El principio de 'una sola China' es un consenso de la comunidad internacional" y la "base política de las relaciones de China con otros países", remarcó el canciller, quien recordó que se trata de una "línea roja" para el gigante asiático. Según el jefe de la diplomacia china, varias personas en Estados Unidos "están desafiando la soberanía de China en el tema de Taiwán", algo que "nunca será aceptado por el pueblo chino".

China reclama la soberanía sobre la isla y considera a Taiwán una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí en 1949, tras perder la guerra civil contra los comunistas.

Estados Unidos no mantiene relaciones oficiales con Taiwán, condición sine qua non de China para establecerlas con terceros, pero es el principal suministrador de armas de Taiwán y sería su mayor aliado en caso de conflicto bélico con el gigante asiático.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, subrayó mientras el estatus "independiente" de la Cámara de los Representantes de EEUU para disociar la visita de Pelosi -segunda en la línea de sucesión de Biden- del Gobierno estadounidense, algo que no ha convencido a Pekín. "Si la tercera persona más importante en el Gobierno de Estados Unidos llega a Taiwán en un avión militar", su visita "en ningún modo será no oficial", advirtió la portavoz de Exteriores china, Hua Chunying, afirmando que la isla autogobernada y democrática se enfrentaría a "consecuencias desastrosas".

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