En medio de la tensión migratoria en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, el Gobierno polaco estudia la posibilidad de pedir a la OTAN que active el artículo 4 del Tratado que garantiza el principio de defensa mutua entre aliados. Tras una reunión de varias horas del Gabinete de Seguridad Nacional polaco, el portavoz presidencial, Jakub Kumoch, confirmó que la decisión de recurrir a la ayuda de los aliados de la OTAN en la crisis fronteriza "está sobre la mesa". "Se mantienen abiertas las conversaciones con nuestros aliados", declaró Kumoch, quien agregó que la opción de reclamar la asistencia de sus socios de Alianza "podrá ser utilizada cuando llegue el momento".
Al igual que en días anteriores, este martes se produjo un intento masivo violento de traspasar la frontera polaca por parte de un grupo de inmigrantes. Un policía polaco resultó herido de gravedad por un impacto en la cabeza.
El pasado domingo, el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, dijo que "no es suficiente con que expresemos públicamente nuestra preocupación. Ahora necesitamos pasos concretos y el compromiso de toda la alianza", en alusión a una eventual activación de ese compromiso.
El artículo 4 de la Alianza Atlántica dice que "las partes se consultarán cuando, a juicio de cualquiera de ellas, se vea amenazada la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de cualquiera de las partes". Solo se ha invocado a ese principio en seis ocasiones en la historia de la Alianza.
El presidente lituano, Gitanas Nauseda, después de una reunión en Vilna con los presidentes de Letonia y Estonia, Egils Levits y Alar Karis, respectivamente, dijo estar dispuesto a apoyar una eventual decisión de Polonia a favor del artículo 4 de la OTAN si fuera necesario.
El portavoz de la Cancillería afirmó también que el Gobierno polaco "tiene en cuenta todas las posibilidades" y puntualizó que Varsovia "cuenta con que no tendrá lugar la variable de mayor gravedad y alcance por parte de Bielorrusia, es decir, la variable militar". Este martes, el vicepresidente del gobierno polaco subrayó que, a pesar de que "existe una guerra híbrida" entre Polonia y Bielorrusia, a su juicio "la guerra armada (con Bielorrusia) no está en el horizonte".
Intentos masivos de cruzar la frontera
Según una nota de la Policía polaca, el oficial resultó "muy gravemente herido" y "probablemente (tenga) huesos rotos en el cráneo". En paralelo, el ministerio de Defensa polaco denunció a través de las redes sociales el uso de granadas de humo por parte de los refugiados que supuestamente habrían sido facilitadas por las autoridades bielorrusas.
Las autoridades polacas han denunciado repetidamente el uso de herramientas y hachas por parte de los inmigrantes en sus intentos de romper las alambradas fronterizas, así como luces estroboscópicas y punteros láser para deslumbrar durante la noche a los guardias polacos, todo ello proporcionado por "agentes bielorrusos".
Contactos Putin-Merkel
A través del portavoz de la Cancillería, el Gobierno polaco aludió a las conversaciones mantenidas recientemente entre la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente ruso, Vladímir Putin, citando "serias dudas sobre la efectividad de estas conversaciones".
El portavoz Kumoch ha afirmado que no recordaba "ninguna concesión" por parte de Putin a la líder alemana. Por otra parte, el Parlamento polaco aprobó este martes una resolución de "solidaridad en la protección de las fronteras polacas" e hizo pública una declaración en la que se afirma que Polonia "no se ha enfrentado a una amenaza tan importante para su seguridad en varias décadas".
La declaración condena "enérgicamente todas las acciones que intentan desestabilizar a Polonia, especialmente la desinformación externa". El Gobierno polaco mantiene el estado de emergencia en los casi 200 municipios limítrofes con Bielorrusia desde el 2 de septiembre y prohíbe el acceso a periodistas y a los no residentes en la zona.
Desde comienzos de año, la Guardia de Fronteras polaca ha registrado más de 33.000 intentos irregulares de cruzar la frontera bielorrusa. Se espera que en unos seis meses se complete la construcción de una barrera fronteriza, dotada de vigilancia electrónica y presupuestada en unos 320 millones de euros.
Al menos once personas han fallecido en ambos lados de la frontera desde el inicio de la crisis migratoria. Las organizaciones humanitarias temen que, debido a las bajas temperaturas nocturnas y las precarias condiciones de los asentamientos de inmigrantes, esta cifra pueda aumentar.