El pasado mes de abril, la Unión Europea (UE) impuso sanciones a las dos hijas de Vladímir Putin, como medida de condena sobre el círculo más cercano del mandatario ruso con motivo de la invasión de Ucrania. Sin embargo, pocos conocen quiénes son las hijas del presidente de Rusia y por qué la comunidad internacional decidió incluirlas en el paquete de sanciones aplicado contra el círculo más cercano al Kremlin.
Lo cierto es que el mandatario europeo es muy celoso de su intimidad y ha procurado mantener su vida privada al margen de su trabajo en primera línea política. Entre lo poco que se conoce destaca su divorcio de su mujer, Lyudmila, en abril de 2014, cuando varios medios se hicieron eco la decisión de la pareja tras 30 años de compromiso.
El matrimonio tuvo dos hijas, María, de 36 años, y Katerina, de 35 años. Ambas nacieron a mediados de la década de los 80 en Alemania, cuando Vladímir Putin trabajaba como espía de la KGB. A principios de 1990, la familia volvió a Leningrado donde, el exempleado del organismo de Seguridad de Estado, empezó a dar sus primeros pasos en la política.
Katerina Tikhonova, casada con un oligarca ruso
Katerina, la hija menor del matrimonio, tiene 35 años y es más conocida que su hermana mayor, ya que estuvo casada cinco años con el oligarca ruso Kiril Shamalov, accionista mayoritario de la petrolera y gasista siberiana Sibur. La pareja se separó en 2018 y la joven cambió su apellido por el de Tíjonova, que era el apellido de su abuela materna.
Además, la hija menor del presidente ruso es conocida por su faceta más artística, 2013 en el campeonato mundial de esta especialidad celebrado en Suiza. Sin embargo, las sanciones económicas dirigidas a Katerina no son por su carrera de bailarina, sino por los negocios que compartía con su exmarido, Kiril Shamalov. El empresario es el hijo menor de Nikolai Shamalov, uno de los hombres de confianza de Putin, copropietario del Rossiya Bank (considerado por EEEUU como el banco de la élite del Kremlin) y vicepresidente del holding petroquímico Silbur.
Varias investigaciones periodísticas lideradas como la de Reuters, revelaron que el matrimonio aprovechó sus relaciones con su circulo más íntimo y conocidos del Kremlin para beneficiarse económicamente, mediante grandes operaciones financieras.
Katerina Tikhonova es, además, directora de dos iniciativas en la Universidad Estatal de Moscú: la Fundación Nacional de Desarrollo Intelectual y el Centro Nacional de la Reserva Intelectual y es una reconocida como una investigadora de inteligencia artificial de prestigio.
María Vorontsova, especialista en pediatría
El perfil de la hija mayor de Putin es más desconocido, María Vorontsova tiene 36 años, se licenció en biología en San Petersburgo y en medicina en la Universidad de Moscú. Asimismo, está especializada en endocrinóloga pediátrica y el estudio de los efectos hormonales.
Según The Guardian, la bióloga vive en Moscú, junto a sus dos hijos, aunque no está confirmado cuántos hijos tiene, y su marido, en un ático frente a la embajada de EEUU en Moscú.
Su esposo, Jorrit Faassen es un millonario que fue un alto cargo de la empresa Gazprom y que trabajó como responsable del búnker nuclear de Siberia. Según comentan varios medios, la joven cambió su apellido a Vorontsova para preservar su anonimato.