Inesperada victoria del candidato ultranacionalista, Calin Georgescu, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales en Rumanía con una campaña a través de las redes sociales. La victoria de Georgescu ha hecho sonar las alarmas en Rumanía por la posibilidad de que un político prorruso y anti OTAN, que se considera un "enviado de Dios", se convierta en el próximo jefe del Estado.
Georgescu, de 62 años de edad, ha transformado el 6% que le daban las encuestas en un rotunda victoria con el 23% de los votos, superando incluso al actual primer ministro, Marcel Ciolacu, que se ha quedado fuera de la segunda y definitiva vuelta en dos semanas y ha dimitido como líder del Partido Social Demócrata.
El ultranacionalista Georgescu, prácticamente un desconocido en la alta política, se enfrentará en la segunda vuelta de las elecciones a la segunda candidata con más votos ayer, la conservadora Elena Lasconi, con la intención, en dos semanas, de unificar el voto de derechas y de centro en Rumanía, miembro de la Unión Europea (UE) y de la OTAN.
Exitosa campaña en redes
El éxito del candidato prorruso ha sorprendido a todos en el país del este. A lo largo de la campaña electoral apenas tuvo presencia en los medios de comunicación, por lo que se ha apoyado casi exclusivamente en las redes sociales, espcialmente Tik Tok, plataforma preferida por el público joven.
Su estrategia digital ha desconcertado a los analistas políticos, quienes debaten si su repentino éxito se debe al descontento de los votantes por la alta inflación, la desinformación, o incluso una posible injerencia rusa, dado su conocido respaldo al presidente ruso, Vladímir Putin, y sus críticas tanto a la OTAN como a la UE.
Georgescu, que este lunes no hecho declaración alguna tras conocer el resultado de la primera vuelta, sí afirmó el domingo por la noche que el pueblo rumano "ha despertado" y se niega a seguir "de rodillas, invadido y humillado".
Dice ser "enviado de Dios"
Durante la campaña ha vinculado su éxito con el descontento económico y, en un mensaje velado hacia la guerra en Ucrania, aseguró que el "pueblo rumano ha gritado paz" con su voto. Su retórica mística, en la que se describe no como un candidato, sino como un "enviado" de Dios, ha generado estupefacción.
Desde el PSD se ha advertido de que si Georgescu es elegido presidente significará "el fin de la Historia" para Rumanía. En el otro extremo del arco político, el candidato de extrema derecha George Simion, al que los sondeos auguraban el segundo lugar, mostró su alegría porque "un soberanista" haya llegado a la segunda vuelta.
Los dos políticos tuvieron enfrentamientos en el pasado porque incluso para Simion las posiciones de Georgescu son extremas y se distanció de sus elogios a figuras históricas responsables del Holocausto rumano, como el general Ion Antonescu -máximo responsables del régimen títere de los nazis que gobernó Rumanía entre 1940 y 1944- y Corneliu Zelea Codreanu, asesinado en 1938 y fundador del grupo ultranacionalista Guardia de Hierro, que dio sustrato ideológico a ese periodo.
Lasconi, que aspira a ser la primera mujer en ocupar la jefatura del Estado, anunció que buscará alianzas para ganar las presidenciales y para que haya un Gobierno de derechas tras las elecciones parlamentarias del domingo que viene. "Quiero ser la presidenta de Rumanía y esto significa que escucharé las voces de todos los líderes de los partidos del país. Quiero tener un Gobierno de derechas", dijo Lasconi esta mañana, al tiempo que agregó que quiere mantener las políticas europeístas y pro OTAN de Rumanía.