El Gobierno de Suiza anunció este miércoles que a partir del 1 de mayo, y durante un año, limitará la emisión de permisos de trabajo para los ciudadanos de todos los países de la Unión Europea. La medida era reclamada por los partidos de derecha -preocupados por el aumento de la inmigración de ciudadanos europeos, especialmente de los más afectados por la crisis económica- y contra ella se habían pronunciado la izquierda y las patronales.
Berna activó de esta manera la "cláusula de salvaguarda" -incluida en el acuerdo de libre circulación de personas suscrito en 2002 con Bruselas-, la que le permite tomar una decisión de este tipo de manera unilateral y por un periodo limitado. Esa cláusula reconoce a Suiza el derecho de volver a introducir contingentes de trabajadores cuando se observe un incremento de, al menos, el 10 por ciento de la media total de permisos concedidos a los trabajadores comunitarios en los tres años precedentes.
El Ejecutivo de la Confederación Helvética confirmó que ese porcentaje quedó superado.
Hasta 80.000 inmigrantes por año
"Suiza ejerce una gran atracción sobre los migrantes. En los últimos años, el número de inmigrantes extranjeros superó cada año en entre 60.000 y 80.000 al de los emigrantes", señala una nota explicativa del Gobierno. "Esta inmigración tiene efectos positivos y negativos, particularmente sobre la economía, el mercado laboral, de vivienda y la infraestructura", agrega. El número de permisos de residencia que dan derecho a trabajar (tipo "B") en Suiza y que está previsto se emitan en los próximos doce meses es de 2.180 para los ocho países de Europa oriental y de 53.700 para los 17 países restantes de la Unión Europea.
El acuerdo de libre circulación entre Suiza y la Unión Europea establece que la primera sólo podrá recurrir a esta medida excepcional hasta el 31 de mayo de 2014. El Gobierno suizo aclaró que no limitará el número de permisos de residencia de corta duración (un año o más) para los europeos. El pasado mayo, las autoridades aplicaron la misma salvaguarda para los ciudadanos de los ocho países que se incorporaron a la UE en 2004 (con la excepción de Chipre y Malta): Estonia, Lituania, Letonia, Hungría, Polonia, Eslovaquia, Eslovenia y la República Checa.
Estos forman parte, al igual que Suiza, del llamado Espacio Schengen, que suprimió los controles en las fronteras interiores entre los Estados signatarios. Rumanía y Bulgaria, los dos últimos países que se incorporaron a los Veintisiete, están excluidos temporalmente del acuerdo de libre circulación de personas entre la UE y Suiza. Según cifras oficiales, en Suiza viven más de 1,2 millones ciudadanos de países de la Unión Europea.