Internacional

Las prostitutas venezolanas ganan más vendiendo dólares en el mercado negro que con el sexo

La enorme diferencia entre la tasa oficial del dólar respecto al mercado negro ha provocado que muchas prostitutas realicen viajes de 450 km para llegar a la ciudad portuaria de Puerto Cabello, donde aprovechan la llegada de barcos extranjeros para prestar servicios sexuales que cobran en dólares. Después, revenden esos dólares hasta diez veces más caros.

  • "Prostitutas venezolanas ganan más vendiendo dólares que manteniendo sexo", según Bloomberg

Para las venezolanas Elena, Paola y Giselle (nombres inventados en todos los casos para proteger su identidad), la prostitución a cambio de dólares se ha convertido en el salvavidas que, por el momento, las está librando de la pobreza.

Las prostitutas de la ciudad portuaria de Puerto Cabello cobran a los marineros que recurren a sus servicios una tarifa de 60 dólares por hora, lo que equivaldría a unos 6.800 bolívares, que se suman a la posibilidad de acudir después al mercado negro para revender esos dólares hasta diez veces más caros. Si cobraran directamente en la divisa venezolana, algo que aceptarían a regañadientes, la suma no superaría los 3.000 bolívares.

Según publica la agencia Bloomberg, "las prostitutas venezolanas ganan más vendiendo dólares que manteniendo sexo" en un país en el que la prostitución no es delito pero sí comprar y vender divisas en las calles. "No hemos estudiado, no tenemos educación pero así ganamos más en dos horas aquí (en muchos casos después de hacer un viaje de más de 450 km desde sus ciudades de origen) que trabajando durante un mes en una tienda", reconoce Giselle.

"Chávez dictaminó que las divisas son de uso prioritario para la nación y sólo el Estado tiene acceso directo a la utilización de dólares"

"Antes, trabajaba para sacar adelante a mi hijo y a mi madre, ahora, mantengo a toda mi familia", explica Paola, añadiendo: "Los dólares son la única manera de arreglárselas". La suya es una postura compartida por Elena: "El dólar es el rey estos días, pero también hay que pagar un precio. Sí, tenemos dólares para comprar lo que necesitamos, pero también tenemos que vender nuestros cuerpos".

El caso de estas prostitutas, citadas por Bloomberg, es significativo ya que precisamente este sector junto con agentes turísticos, conductores de taxi en aeropuertos y emigrantes son los únicos capaces de protegerse de una inflación asfixiante en un país desabastecido de productos tan básicos como el papel higiénico. La escasez de bienes es tal que los precios se han disparado un 59% hasta marzo, último mes del que se disponen cifras.

De hecho, uno de cada cuatro productos básicos estaba agotado en las tiendas en enero y el porcentaje de hogares en situación de pobreza aumentó un seis por ciento hasta el 27,3% en la segunda mitad del año pasado. 

Cambiar dólares en las calles nunca fue tan lucrativo

Desde que en 2003, el Gobierno del ya fallecido Hugo Chávez impusiera un sistema de control de cambio, los venezolanos no pueden comprar libremente moneda extranjera, ya que están administradas de manera exclusiva por el Estado. Sólo en ciertas circuntancias y tras engorrosos procedimientos burocráticos, se les permite acceder a ciertas cuotas: una de ellas es viajar al extranjero. Al venezolano que planea salir del país por turismo o negocios, el Cadivi (Comisión de Administración de Divisas) le realiza una autorización a su banco para que le permita pagar con su tarjeta de crédito en el exterior con un techo máximo de 3.000 dólares.

"Incluso hablar de la existencia de un mercado paralelo está penado. Es delito cambiar bolívares por dólares con un amigo"

En la actualidad, ha habido cambios y el cupo varía en función del destino: frente a los 3.000 dólares que antes se asignaban para cualquier rumbo, ahora el cupo no supera los 300 dólares anuales para puntos cercanos como Panamá o Curaçao, 2.500 para Estados Unidos y el máximo de 3.000 para Europa.

Precisamente desde la imposición de estos controles, cambiar dólares por bolívares en las calles venezolanas nunca fue tan lucrativo y es que la diferencia entre la tasa oficial y la del mercado negro no había sido tan amplia como ahora. La restricción aplicada por Venezuela para evitar la fuga de capitales, ha generado además de este tipo de modalidades al margen de la ley para obtener divisas, escasez y una inflación anualizada del 45%. Otro dato a tener en cuenta: el Banco Central venezolano estimó en unos 15.000 millones la fuga fraudulenta de capitales sólo el año pasado, según el periódico 'El Cronista'.

En un país con una sociedad a dos velocidades y en el que las previsiones de crecimiento económico apuntan a que éste se hundirá un 1,3%, la prostitución a cambio de dólares es el único sector en 'boom' en su mayor puerto comercial.

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