Aunque el pequeño 600 fue sin duda uno de los principales responsables de la rápida motorización de todo un país, no fue sin embargo el primer modelo que la marca española produjo. Este honor le correspondió a un modelo mucho más ambicioso en su desarrollo, el Seat 1400, una berlina de dimensiones amplias basada en cierto modo en los grandes vehículos americanos del momento. Además, coincidió en esa época una necesidad de motorización por parte de los cuerpos oficiales del Estado, y un modelo como el 1400 resultaba ideal para ello. También lo era como vehículo destinada convertirse en taxi, y fueron muchas las unidades convertidas en vehículo de transporte público.
A un precio franco en fábrica de 121.875 pesetas de la época (lo que equivaldría a 41.735 euros al cambio de hoy), el ritmo de fabricación inicial era de cinco coches diarios y la plantilla está formada por 925 empleados, cifras que crecerían de forma exponencial y que constituyen el preludio de la gran motorización de España. Al final de 1954 ya se habían entregado 954 unidades del 1400. Presentado en la Feria de Muestras de Barcelona de junio, consiguió gracias a esa exhibición al público cerca de 10.000 peticiones de compra, lo que le permitió ajustar a la baja su precio hasta 117.000 pesetas, unos 39.600 euros de hoy.
El 1400 fue el primer modelo de Seat, realizado a igualdad y semejanza del Fiat 1400 producido en Italia
Tal fue la demanda del 1400 que Seat se vio obligada a incrementar su capacidad de producción que, un año después, se acerca ya a las 3.000 unidades, con casi el cien por cien de componentes nacionales. El 5 de mayo de 1955 se inaugura oficialmente la factoría de la Zona Franca de Barcelona. A lo largo de 1956 se fabricaron ya 7.000 vehículos, cifra que aumentó hasta 10.000 al año siguiente, con una media de producción de 42 unidades diarias. Al cabo de dos años, la plantilla de Seat aumenta a 5.000 personas. El 1400 dejó de producirse en 1964, once años después en los que se vendieron más de 98.000 unidades.
El 1400 tenía una longitud de 4,24 metros y en las primeras versiones montaba un motor de 4 cilindros en línea de 1.395 centímetros cúbicos que rendía 44 CV y permitía alcanzar una velocidad máxima de 120 km/h. Un año después de su lanzamiento se aumentaba la potencia a 50 CV y la velocidad máxima subía ligeramente hasta los 125 km/h. La última evolución del 1400 sobre la carrocería original llegó a alcanzar los 58 CV de potencia que le permitieron llegar hasta los 135 km/h, una cifra ya muy elevada para la época.
