La elección de representante para Eurovisión es siempre un motivo de disputa. Los eurofans -aquellos aficionados al festival que pueden recitar de memoria los vencedores de todas las ediciones- luchan para aupar a sus candidatos ideales, mientras Televisión Española, y las mentes pensantes de la organización, sacan su as de la manga haciendo caso omiso a cualquier sugerencia -viendo los representantes que eligió el público cuando se le dio la oportunidad, tampoco es que el criterio sea muy eficiente-. Este año el dedo se posó sobre Edurne, a priori una candidata perfecta, y el tema Amanecer, una canción que ha despertado amores y muchos odios. Todo un poco déjà vu, ¿no creen?
Aun así, la esperanza no está perdida. La representación de España este año tiene una estrella y no es precisamente la cantante. Su nombre es Giuseppe di Bella y está destinado a acaparar todas las miradas durante la actuación en el escenario de Viena. Bailarín, licenciado en Derecho, sex symbol y el mejor portavoz que ha podido tener la candidatura -¿alguien sabe dónde ha estado Edurne estas últimas semanas?-. Y, encima, no tiene reparos a la hora de desnudarse, por dentro y, sobre todo, por fuera. Le quitamos cinco prendas al bailarín para que le conozcan mejor y, de paso, vayan calentando motores y todo lo que puedan calentar:
Zapatos
Llegó a España de Erasmus, aunque, de hecho, casi no llega. Di Bella era un estudiante de Derecho en Silicia que decidió pasar un año en otra universidad para completar su formación. Sus opciones eran Madrid, Santiago de Compostela, Córdoba o ya Finlandia. Al final, se decantó por la capital -por lo de vivir la experiencia de una ciudad grande-, pero al no tener ningún conocimiento de español se quedó a las puertas. Menos mal que la beneficiaria de la beca renunció y corrió la lista. Ahora, cuando le quedaba un mes para coger el vuelo, tuvo un momento de pánico y pensó en tirar la toalla. ¿A quién tenemos que agradecerle que no lo hiciera?
Camisa
Pese a que su futuro pasaba por ejercer de notario en su Silicia natal, se quedó a mitad camino -la carrera la terminó, no se crean-. Estando ya en España, se puso a dar unas clases de baile para sacarse algún dinero extra -la vida del Erasmus es muy compleja y ajetreada- cuando una amiga le comentó que habían abierto un casting para Operación triunfo. Claro, el pobre Giuseppe no le hizo mucho caso -¡si estaba estudiando Derecho!-, pero al final acudió. Pese a que su impresión inicial fue que todo estaba ya amañado y que no tenía ninguna posibilidad, terminó siendo seleccionado. Allí conoció a la coreógrafa Myriam Benedited con la que ha continuado trabajando en muchos otros programas de televisión.
Pantalones
Como buen italiano, de Eurovisión no tenía ni idea -lo suyo es Sanremo-. Su primera aproximación al festival fue con Chikilicuatre -pobre- y no entendió mucha cosa. Poco a poco se fue informando, y aunque no lo vive con intensidad, sí le gusta como espectáculo televisivo. Aun así, Eurovisión ha llamado a su puerta en varias ocasiones. El año pasado participó en el videoclip del tema de Ruth Lorenzo y este año ha sido el elegido para compartir escenario con Edurne. Tampoco es de extrañar si tenemos en cuenta que el bailarín ya formó pareja artística con la cantante en los programas Tu cara me suena y Más que baile. Con tanta presión mediática, hay que ir a lo seguro.
Calcetines
Por si no tuviese bastante con el baile, la interpretación y el Derecho -que no ejerce, pero nunca se sabe-, Di Bella también trabaja como comunicador. Lo hace en el programa de radio Sospechosos habituales de Libertad FM, junto a Héctor Alabadí y Borja Terán, donde hablan de televisión, realizan entrevistas de lo más variadas y lucen cuerpazo -lástima que sea por la radio-. No es que el bailarín tenga intención de cambiar el baile por los micrófonos, pero entre su atractivo y su desparpajo, vemos un futuro como presentador más que prometedor. Espérense a su vuelta de Eurovisión y verán como le llueven las ofertas. Más de lo que ya lo hacen, claro.
Calzoncillos
Con un cuerpo como el de Giuseppe di Bella, desnudarse es menos impactante. Nosotros, de tenerlo, quemaríamos toda la ropa del armario y nos pasearíamos tal y como vinimos al mundo -aún a riesgo de terminar en comisaría por las dichosas normativas locales-. Antes de coger el avión con destino Viena, el bailarín se encargó de animar la promoción de la candidatura eurovisiva de España desnudándose, por ejemplo, para la revista Shangay -¿se les ocurre una forma mejor de hacerlo?-. Y no crean que se ha quedado ahí la cosa. Por lo que parece, el bailarín también irá quitándose prendas durante la actuación en el festival. Cuerpazo, talento, carisma y simpatía. ¿Por qué a unos les tocaron tantas cosas en el reparto y otros nos quedamos con las manos vacías? Las injusticias se repiten día a día.
Ahora que ya están mucho más informados, pueden dedicar el resto de semana a meditar sus votos para el domingo. De sus puntos puede depender el futuro de España. Y no, no nos referimos a Eurovisión...