Un 'particular' se dirigió hace unos meses al regulador audiovisual español -la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia- para advertir de que el concurso MasterChef Celebrity “fomenta valores contrarios a los que se deberían emitir en programas de cocina”.
Esa queja se redactó el 16 de noviembre, es decir, un mes antes de que Verónica Forqué -una de las concursantes- decidiera suicidarse en su domicilio en Madrid. El escrito hacía referencia al programa que se había emitido unas horas antes; y la CNMC eludió iniciar un procedimiento sancionador por incitación al odio, algo que prohíbe la ley audiovisual.
“Según el denunciante” -expone el regulador- “la actitud mostrada en el programa por algunos concursantes ayuda a fomentar la violencia, motivo por el cual se podrían estar emitiendo contenidos que de forma manifiesta fomenten el odio, el desprecio o la discriminación por motivos de nacimiento, raza, sexo, religión, nacionalidad, opinión o cualquier otra circunstancia personal o social”.
Esta resolución, emitida el 17 de febrero y a la que ha tenido acceso Vozpópuli, resulta significativa, toda vez que la muerte de Verónica Forqué abrió un debate acerca de si los contenidos de este concurso eran idóneos para la televisión pública. También hubo medios de comunicación que lamentaron que la productora del programa -Endemol Shine Iberia- reclutara a la actriz a sabiendas de su estado de salud.
Esta empresa respondió a estas críticas con un comunicado en el que aseguraba que la actriz se sintió “feliz y agradecida” por haber concursado en este espacio, que, por otra parte, abandonó antes de tiempo al considerar que estaba “agotada”.
Verónica Forqué en el concurso
Los hechos que denuncia el escrito remitido a la CNMC tienen que ver con la prueba que se celebró en un hotel de lujo de Tenerife, en la que los concursantes, divididos en dos equipos, tenían que cocinar un doble menú. El capitán de ambos grupos era Juanma Castaño; y a un lado se encontraban Carmina Barrios y David Bustamante; y al otro, Miki Nadal, Belén López y Verónica Forqué.
Esa parte del programa tuvo una duración aproximada de 45 minutos -tal y como se puede apreciar en el archivo de RTVE- y ahí se aprecia la actitud errática de Forqué y el enfado de Castaño y López por su poca pericia y concentración.
Hay un punto en el que Juanma Castaño -al observar que la actriz no hace caso a sus órdenes- amenaza con abandonar el concurso. Al poco, ella se abraza a uno de sus jueces y lloriquea, mientras alude al 'boicot' al que le han sometido sus compañeros. Los jueces tratan de quitar hierro a los roces entre compañeros, pero entre los participantes se aprecia tensión.
Especialmente, por las 'formas' de Forqué, que incluso trata de girar la manecilla de una olla a presión. “Ni que fuera una bomba nuclear”, afirma, tras la reprimenda de Belén López.
La CNMC incide en que es “habitual que muchos concursantes no compartan métodos de cocina, tiempos, procesos, así como valores, o intereses” y que, “fruto de las intensas jornadas culinarias por equipos” se generen “multitud de desencuentros y discusiones acaloradas entre los mismos, como sucedió en el programa del día 15 de noviembre de 2021 denunciado”.
Ahora bien, descarta que lo ocurrido durante ese programa contravenga la normativa audiovisual, tal y como expresa la denuncia, por lo que opta por el archivo del caso.
“Es importante remarcar que no es condición sine qua non que el espectador se sienta identificado o comparta las ideas, acciones o actitudes de los concursantes que aparecen en estos programas. Asimismo, no debe confundirse una cuestión de sensibilidad o de gusto por un programa o un personaje público determinado con la idea de que el programa en cuestión, por su contenido de competición, entre automáticamente dentro del ámbito de un tipo infractor conforme a la normativa audiovisual”, subraya el regulador.
Los problemas de MasterChef
Hay que recordar que el Consejo de Administración de RTVE debatió hace varios meses acerca de la conveniencia de que MasterChef no fomente discursos que inciten al odio o den pábulo a teorías que fueran en contra de la vacunación contra la covid-19, tal y como han detallado fuentes de ese órgano.
Previamente, la corporación ya se había tenido que pronunciar sobre los problemas que le ha generado este programa. El Defensor del Espectador se refirió al “mal comportamiento de dos de los participantes de su edición Junior y a la insistencia de los miembros del jurado en preguntar a los niños y niñas por sus novios y novias".
Unos años atrás, en 2017, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) sancionó a RTVE con 219.342 euros por emitir publicidad encubierta de bodegas y de vinos en MasterChef, cuando la corporación tiene prohibido, por ley, ofrecer anuncios en sus canales de televisión.
El caso de Forqué estuvo durante varios días en el centro del debate, pues llevó a varios medios de comunicación a preguntarse acerca de la conveniencia de admitir en este tipo de programas a personas con situaciones personales como la de la fallecida.
Entre otras cosas, por la presión que implica participar en el concurso, pero también por las frecuentes críticas que se vierten sobre ellos en las redes sociales.