El modelo de financiación de RTVE tiene que cambiar. Así lo sugiere la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en un informe sobre la radio-televisión pública, aprobado recientemente, en el que vuelve a señalar las dificultades a las que se enfrentan los directivos de la corporación como consecuencia de la incertidumbre presupuestaria, que condiciona el cumplimiento del servicio público que tienen encomendado sus medios de comunicación y dificulta hacer planes a medio y largo plazo.
Este sistema se estableció cuando José Luis Rodríguez Zapatero decidió eliminar la publicidad de RTVE. El gabinete socialista diseñó entonces un nuevo modelo de financiación que obligaba a las compañías de telecomunicaciones y las televisiones privadas a aportar un tanto por ciento de sus ingresos para mantener la corporación pública. Estas cantidades compensarían a las que el Estado entrega anualmente a través de los Presupuestos y de la Tasa Radioeléctrica.
Entonces, se estimó que RTVE contaría al principio de cada ejercicio con 1.200 millones de euros a su disposición, una cantidad que también se estableció como techo de gasto. No hay que olvidar que la BBC británica recibe más de 6.000 millones de euros, la ARD alemana, 7.000; y la RAI italiana, 2.500.
El problema es que las previsiones de ingresos no se han cumplido en RTVE. Por un lado, porque los operadores privados de televisión y las telecos han aportado menos de lo presupuestado en varios ejercicios y, por otro, porque los recortes que aplicó el Ejecutivo a partir de 2012 hicieron que la contribución estatal se redujera considerablemente. Eso ha hecho que en ninguno de los últimos años el presupuesto de RTVE haya superado los 1.000 millones de euros.
Sirva como ejemplo que, en 2011, la corporación recibió casi 550 millones de euros de los Presupuestos Generales del Estado en concepto de “compensación por servicio público”. El año pasado, le fue asignada una cantidad de 343,6 millones de euros, es decir, el 37,5% inferior. En este tiempo, su estructura no ha mermado. Al contrario, el coste de su plantilla ha aumentado por encima de los 380 millones de euros.
Radiotelevisión Española cerró 2017 con un superávit de 25 millones de euros.
La CNMC llamó la atención sobre este hecho en 2016, en el primer informe que realizó sobre el grado de cumplimiento por parte de RTVE del servicio público que tiene encomendado. “El cambio realizado en el régimen de financiación de la RTVE en los últimos años ha supuesto en la práctica una mayor incertidumbre presupuestaria”, aseguró entonces.
En este nuevo estudio –aprobado por su Pleno el pasado 27 de marzo- ha vuelto a expresar la necesidad de corregir este defecto para mejorar el funcionamiento de estos medios de comunicación públicos, según han explicado fuentes internas.
No hay que olvidar que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales señaló en 2016 que RTVE cuenta con un modelo de financiación “poco operativo”. El propio presidente de la corporación, José Antonio Sánchez, ha expresado en algunas ocasiones, en sede parlamentaria, su malestar por el poco margen de maniobra con el que cuentan los gestores de la televisión pública desde que se aprobó la ley actual y se eliminó la publicidad de sus canales.
Vuelta de la publicidad
En 2014, el Grupo Popular planteó, mediante una proposición no de ley, la vuelta de los anuncios a la parrilla de los canales de RTVE. Sin embargo, el Gobierno no consideró oportuno plantear este debate, entre otras cosas, por la fuerte oposición que a buen seguro plantearían Atresmedia y Mediaset.
Sea como fuere, la radio-televisión pública ha mejorado ostensiblemente su resultado económico durante los últimos dos ejercicios. En 2017, cerró con un superávit de 25 millones de euros que sus directivos atribuyeron a los mayores ingresos comerciales que consiguieron y a la reducción del gasto.
Por otra parte, la CNMC también incide en su informe en que, durante el período analizado, RTVE respetó el equilibrio de las principales fuerzas parlamentarias y no se observó un trato privilegiado hacia el Ejecutivo.
Esta conclusión contrasta con las decenas de denuncias que sus Consejos de Informativos han realizado durante los últimos años, relativas a la manipulación de los telediarios para beneficiar al Partido Popular y para enmascarar sus casos de corrupción.