Después de 18 años en la Cadena SER, Fernando Berlín ha sido despedido como colaborador de la radio de Prisa. Como ocurrió en los casos de Ignacio Escolar, Carlos Carnicero o Miguel Ángel Aguilar, son muchos los que en los últimos días han asegurado que en su salida han pesado las razones ideológicas.
En esta entrevista concedida a Vozpópuli, este periodista (Radiocable) explica las causas de su despido y expresa su preocupación por la precaria salud del periodismo en España y por las dependencias que han entablado con el poder político los medios de comunicación. Entre ellos, el Grupo Prisa, presidido por un Juan Luis Cebrián que ha sido acusado en reiteradas ocasiones de utilizar El País o la Cadena SER para defender sus intereses personales.
Pregunta: ¿Es tu despido ideológico o una consecuencia de la guerra de Cebrián contra La Sexta?
Respuesta: Es evidente que la SER está viviendo un momento de tensión extrema con La Sexta. Y es de sobra conocido que en Prisa se dio orden de que sus profesionales no acudieran a las tertulias de este canal. A mí, como parte de las causas de mi salida, se me enarbola mi alta exposición con los grupos con los que mantienen ellos esta ofensiva.
P: En el momento en que Cebrián impuso el veto, ¿alguien te advirtió de que tu colaboración en La Sexta podría comprometer tu continuidad en la SER?
R: Mira, cuando supe que habían despedido a Nacho Escolar le entrevisté en mi programa al día siguiente. Con esto quiero decir que siempre he hecho lo que me ha parecido y lo he hecho con libertad. La exclusividad, además, si se quiere se debe pagar y mucho más en los precios en los que nos manejamos hoy en este oficio, que no son precisamente para poder comer todos los días si no tienes varias colaboraciones. Por eso yo ni tuve ni debí tener en cuenta esa guerra que, por otra parte, no iba conmigo.
"Prisa está condicionada por sus intereses y dependencias con los poderes"
P: ¿Es Prisa víctima del “capitalismo de casino” de Juan Luis Cebrián?
R: Es un hecho es que la línea editorial de Prisa y lo que yo defiendo distan mucho actualmente. Eso está claro que ha afectado en mi despido. Pero, cuando me lo comunicaron, también argumentaron que se producía porque estoy haciéndole la competencia a la SER a través de un programa que es un podcast (La Cafetera, en Radiocable). Sinceramente, el que la radio más escuchada de este país diga eso resulta un poco vergonzante como excusa.
Más allá de esto, hay un hecho que es incontestable: Prisa se encuentra sometida a unos intereses y libra en estos días una batalla empresarial con otras compañías que ha pesado en su decisión...
P: ¿Pero esto ha condicionado su línea editorial?
R: Creo que es evidente y así quedó de manifiesto con la salida de Miguel Ángel Aguilar de El País y de otros compañeros o de la SER. Se nota en las propias tertulias el cambio de línea editorial. Yo hasta ahora pensaba que eso formaba parte de los cambios que evidentemente han afectado a la sociedad, pero también está claro que este tipo de decisiones se pueden encuadrar en las dependencias de este medio de comunicación con determinados poderes. Lo que no me imaginaba es que esto me iba a afectar a mí porque yo no he cambiado en estos 18 años.
P: ¿Interpreto de sus palabras que el poder político condiciona las tertulias de la SER?
R: No he querido decir eso. Yo no he tenido nunca la sensación de que el poder político haya tenido influencia directa en la SER directa. Sospecho que la querría tener, pero yo nunca he tenido la percepción. Es más, he trabajado con unos amplísimos márgenes de libertad y no siempre he estado en línea con el Grupo Prisa. Eso es cierto. Dicho esto, creo que es un hecho que Prisa, al igual que otros medios, tiene cierta dependencia de algunos poderes, así como de sus intereses empresariales...
P: Lo que está claro es que se ha establecido una preocupante sintonía entre esos poderes y las empresas periodísticas, ¿no?
R: Resulta verdaderamente revelador el hecho de que dos periódicos nacionales, como El Mundo y El País, coincidieran la pasada semana en su titular portada simultaneando las mismas palabras, en referencia al “portazo” de Pedro Sánchez a Mariano Rajoy. Es un ejemplo reciente y que dice todo...
"Los trabajadores de los medios se encuentran muchas veces maniatados por las estructuras de poder"
P: Hablabas recientemente de que tanto en politica como en el panorama de los medios españoles hay una “polarización”. ¿A qué te refieres con esto?
R: En el mundo actual, todo está siendo influenciado por razones exógenas a sus propias estructuras. En este contexto, los medios de comunicación se ven influenciados por razones económicas y políticas, como es evidente, pero también por el ansia cada vez mayor de la gente por participar, exigir y reivindicar. En este último sentido, es positivo, aunque este proceso también ha deparado consecuencias negativas. Los trabajadores de los medios, por ejemplo, se encuentran muchas veces maniatados por las estructuras de poder. Más con el bajo nivel que han alcanzado sus sueldos.
P: Como contertulio habitual de varios programas, ¿comparte las críticas de que algunos de estos debates transmiten crispación a la sociedad?
R: Los periodistas tenemos que ser especialmente cuidadosos, en el tiempo en el que estamos viviendo, para expresar con sosiego lo que está ocurriendo. No es bueno para esta profesión que traslademos la imagen a los ciudadanos de que la sociedad se ha polarizado.
P: ¿La crispación se permite porque es rentable, en términos de audiencia?
R: Lo que creo es que los contertulios debemos ser especialmente cuidadosos y explicar las cosas con la calma necesaria para que la gente se entere de una mejor forma de lo que está pasando en el mundo.
P: Fernando, ¿y ahora qué?
R: Mi proyecto principal es La Cafetera (Radiocable), que está siendo apoyado por los oyentes mediante mecenazgo y no los puedo fallar. Pero voy a seguir ejerciendo mi derecho a la libertad de expresión allí donde me llamen.