‘The Wall Street Journal’ ha situado esta semana a Grupo Prisa en el centro de una tormenta de la que desde hace más de una año se oyen los truenos, pero de la que la lluvia nunca termina de llegar. El prestigioso diario económico ha puesto fecha para el colapso de la mayor compañía de medios de comunicación en español: agosto. Esquivar lo inevitable es sólo posible ahora si las arduas e interminables negociaciones de restructuración de deuda dan su fruto en muy pocos días. Este viernes, tras conocerse mediante la información del diario económico norteamericano que el grupo que preside Juan Luís Cebrián sopesa declararse en quiebra en Estados Unidos, las acciones de la firma en España se desplomaron hasta rozar su mínimo histórico.
La acción de Prisa ha perdido, prácticamente, todo su valor desde que saliera a Bolsa en España en junio del año 2000. La Oferta Pública de Venta (OPV), paso previo a su lanzamiento en el parqué, fue de 20,8 euros. La acción, cerró este viernes con un valor de 0,19 euros tras caer un 11,6% en el día. Es decir, el precio del título se ha desplomado en 12 años un más de un 98% en este tiempo. En la Bolsa de Nueva York, en la que cotiza desde finales 2010 (8,5$), su precio es algo mayor que en el caso español: 0,9 dólares. Desde hace meses Prisa coquetea con el temido 1 dólar, valor mínimo que no debe rebajarse durante varias semanas si no se quiere ser expulsado del Nasdaq.
TWSJ recuerda que a principios de junio, los acreedores acordaron dar Prisa un préstamo a corto plazo de alrededor de 60 millones de dólares, mientras continúan las negociaciones de reestructura de su deuda total. Esta inyección de liquidez, según la información del diario, tan sólo dará vida al holding no más allá de agosto, dados los gastos de financiación elevados a los que se enfrenta y la profunda crisis de la economía española, según las fuentes cercanas a la situación de Prisa que cita el artículo del rotativo estadounidense.
Prisa está valorando declararse en bancarrota en Estados Unidos, según publica ‘The Wall Street Journal’. El diario financiero cita diversas fuentes conocedoras de la complicada situación económica del grupo, cuya deuda supera los 3.100 millones de euros. La empresa ha barajado acogerse al capítulo 11 de la Ley de Bancarrota en EEUU, que implica la suspensión de pagos y la reestructuración de la compañía, de acuerdo con varias personas familiarizadas con el asunto. El procedimiento de bancarrota y quiebra es diferente entre EEUU y España, de ahí que no sea inusual para una empresa no estadounidense tan grande como Prisa considerar sus opciones en ambas jurisdicciones.
Continuidad de su presidente ejecutivo
Juan Luis Cebrián anunció hace varias semanas, durante la celebración de la Junta General de Accionistas, que se mantendrá en el cargo hasta diciembre de 2015, tras haber aceptado la petición del consejo de la compañía. En octubre vencía el contrato trianual que le blindó al frente de la compañía tras el desembarco del fondo Liberty Acquisition Holdings en el capital en 2010.
Ventas de activos que nunca llegan
Una operación de compraventa de la participación mayoritaria de Prisa en Canal+ (un 56%) por parte de Telefónica podría ser la salvación de Prisa. En los últimos meses en el mercado se ha especulado con la posible venta de diferentes activos del grupo multimedia como medida imprescindible para restablecer el equilibrio financiero de la firma. Además de la refinanciación y la citada operación de Telefónica, sobre la mesa se han puesto su 17,3% en Mediaset España, Santillana y la Cadena Ser. Hasta la fecha, todas estas posibles operaciones no han pasado de un mero runrún que nunca termina de concretarse.
Hace casi un año, durante la Junta General de Accionistas de 2012, Abril-Martorell presentó un plan para reducir la deuda neta del grupo en 650 millones de euros en dos años, que incluía la entrada en su capital de La Caixa, Banco Santander y HSBC, mediante la conversión de parte de su deuda en acciones por 334 millones de euros.