Poco después de que el cineasta Miguel Courtois entregara a la Casa Real una copia del documental Yo, Juan Carlos I, rey de España, le fue remitido un mensaje –según su testimonio- que le informaba de que la obra había gustado en Zarzuela. Es decir, la Corona transmitió la misma opinión que la televisión francesa TF3 y que el antiguo jefe de Informativos de TVE, Julio Somoano. Pese al consenso de los dos productores y de la Institución monárquica, la película nunca se ha emitida en España. Ha sido vetada por el actual equipo directivo de la televisión pública española, con José Antonio Sánchez a la cabeza.
Este documental fue ideado por el propio Courtois, quien convenció a la Casa Real de que era buena idea el realizar un reportaje autobiográfico de Juan Carlos I en el que fuera el propio rey emérito quien comentara los episodios más importantes de su vida a través de una entrevista. Por cierto, una de las pocas que ha concedido en los últimos años.
La figura de Juan Carlos I sale bien parada en la obra, dado que se resalta la mano izquierda que aplicó con Franco en vida, su papel vertebrador durante la Transición y su habilidad como negociador dentro y fuera de España durante todo su reinado. De ahí que el director del filme haya criticado con dureza el veto que ha sufrido en RTVE y haya sugerido que en esta decisión (que califica como un "delito hacia la democracia") han pesado los motivos políticos. Principalmente, porque sospecha que en el PP sentó mal que ningún representante del partido apareciera en el metraje.
El documental no elude ciertos temas de su vida y determinadas opiniones sobre su labor o su carácter que han sido objeto de polémica. A continuación, se exponen los más significativos.
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1.-La muerte de su hermano
El 26 de marzo de 1956, el infante Alfonso de Borbón, hermano de Juan Carlos I, murió en Estoril de un disparo. El régimen lo justificó de esta forma, a través de un escueto comunicado: “Mientras su Alteza el Infante Alfonso limpiaba un revólver aquella noche con su hermano, se disparó un tiro que le alcanzó la frente y le mató en pocos minutos. El accidente se produjo a las 20:30, después de que el Infante volviera del servicio religioso del Jueves Santo, en el transcurso del cual había recibido la santa comunión”.
Courtois no evita este tema en Yo, Juan Carlos I, rey de España. De hecho, el monarca, tras observar las imágenes de su hermano, afirma que ambos estaban “muy unidos”, que era muy “simpático” y que le echa de menos. “Yo le quería mucho y él me quería mucho a mí”, destaca, unos segundos antes de que el documental incida en los intentos que realizó Franco para proteger a la Casa Real frente al “posible escándalo” que podría haberse desatado como consecuencia de este luctuoso suceso.
2.-La relación con su padre
El documental no esconde las fricciones que ocasionó dentro de la casa de los Borbón el hecho de que Franco no respetara la línea dinástica y designara como sucesor a Juan Carlos, en lugar de a don Juan. En la obra, se habla de la soledad del rey emérito durante sus primeros años en España y se sugiere cierta sensación de desarraigo durante su adolescencia.
Especialmente significativo resulta el momento en el que se habla de la ausencia de Don Juan en el día de la proclamación de su hijo. La película muestra una conversación que mantuvo el abuelo de Felipe VI con un periodista francés en estos términos:
-¿No ha ido a la coronación?
-No.
-¿Por qué?
-Porque no se ha hecho de manera correcta, ni con la intervención del pueblo, ni con la mía, siendo yo el titular.
Sobre su padre, Juan Carlos afirma lo siguiente: “fue un hombre que renunció a todo por la democracia y la Monarquía”.
3.-La actitud inicial de los socialistas y comunistas
El documental expone también los recelos que provocaba en el PSOE Juan Carlos, tanto por la escasa capacidad intelectual que en un principio le otorgaban sus dirigentes, como por haber sido elegido por Franco para sucederle. “Inicialmente, la tutela de Franco nos hacía pensar que iba a continuar la obra de Franco, la obra destructiva de Franco”, destaca Alfonso Guerra.
Alfredo Pérez Rubalcaba, por su parte, reconoce que “nadie le veía como un motor de cambio, sino más bien como un producto del franquismo”.
En el filme se muestran dos hechos que retratan especialmente la hostilidad inicial de la izquierda con respecto al monarca. Por un lado, el apodo que le puso Santiago Carrillo: Juan Carlos ‘El breve’, ante la intención inicial del PCE de derrocarle y establecer una república en el país. Por otro, la actitud con la que le recibieron los diputados del PSOE en la primera sesión de las Cortes Constituyentes, en la que no le aplaudieron a su llegada.
4.-El terrorismo de ETA
Evidentemente, este punto no es motivo de polémica dentro de la obra. Sin embargo, el momento de mayor tensión emocional del metraje se produce cuando el rey emérito se refiere a las víctimas de ETA.
“Los peores momentos hay muchos. Pero para responderte con gran sinceridad diría que he tenido alrededor de 800 malos momentos. Las más de 800 víctimas del terrorismo. Me siento muy solidario con ellas”, expone, con lágrimas en los ojos.
5.-La parte final de su reinado
Courtois no incluye en el guión del documental ni una sola mención al accidente de Botswana o a los vínculos de Juan Carlos I con Corinna zu Sayn-Wittgenstein. Sin embargo, expone un hecho incontestable: que en la parte final del reinado de Juan Carlos I, coincidente con la llegada de la crisis económica a España, se produjo un deterioro de la imagen de la Monarquía en la sociedad española.
“Para Juan Carlos, la sucesión de la Corona es una nueva etapa que prepara con cuidado. Sobre todo porque la situación del país se agrava, en 2009, cuando la crisis económica azota a España de frente. Uno de cada dos jóvenes está en paro y se tolera cada vez menos el tren de vida de la realeza, que contrasta con las dificultades de los españoles”, señala.