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Los inversores dan la espalda a Prisa: su acción ha caído el 45% desde el inicio del motín contra Cebrián

Desde que la compañía de los Polanco anunció la puesta a la venta de la editorial Santillana, el valor de sus títulos ha descendido el 44,57%, frente a la importante subida que han registrado los del resto de los medios cotizados. La situación financiera de la compañía es complicada, pese a haber ganado 22 millones de euros durante el primer trimestre del año.

  • El presidente de Prisa, Juan Luis Cebrián

La inestabilidad institucional que ha vivido el Grupo Prisa durante los últimos meses ha hecho mella en los inversores, que han demostrado su desconfianza en la compañía, penalizándola en el mercado bursátil. Desde el pasado 16 de noviembre, cuando el grupo comunicó oficialmente la puesta a la venta de la editorial Santillana, los títulos del holding de los Polanco se han depreciado el 44,57% y su valor ha caído desde los 5,90 hasta los 3,27 euros. Todo ello, pese a que durante los tres primeros meses del año logró unos beneficios de 22 millones de euros.

Esto ha ocurrido en un periodo en el que el Ibex 35 ha repuntado el 24,85% y en el que las empresas de medios de comunicación cotizadas han obtenido buenos resultados en bolsa. En concreto, el valor de las participaciones de Mediaset ha aumentado el 55,8%, frente al 38% de mejora de Vocento y el 19,68% de Atresmedia.

El descenso del precio de la acción de Prisa ha coincidido con una etapa de turbulencias en la compañía, en la que un grupo de accionistas, encabezados por el fondo buitre estadounidense Amber Capital, ha maniobrado para tratar de arrebatar el poder ejecutivo a Juan Luis Cebrián, a quien culpan de la deriva de la empresa.

Basta echar la vista atrás para cerciorarse de la poca confianza que ha inspirado Prisa en el mercado bursátil durante los últimos años. Desde que en diciembre de 2008 Cebrián fue nombrado consejero delegado del grupo, el valor de sus participaciones se ha desplomado el 95%. Y desde que, a finales de 2013, anunció la refinanciación de su deuda e inició un radical proceso de desinversión –que le llevó a poner a la venta Digital Plus, Ediciones Generales, Santillana o su millonaria participación en Mediaset-, su precio ha descendido el 68%.

Esto, evidentemente, ha ocasionado un importante perjuicio a los fondos de inversión que apostaron por la compañía para sacar rentabilidad de su mala situación, entre los que se encuentra su principal accionista, Amber Capital, que acumula el 19,2% del capital. Posee más acciones incluso que la familia fundadora de la empresa, los Polanco, que cuenta con el 17,5%, según los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).

Alianza de descontentos

El representante de Amber en el consejo de administración de Prisa, Joseph Oughourlian, ha buscado durante los últimos meses el establecimiento de un pacto entre los accionistas disconformes con la gestión de Cebrián, con el objetivo de provocar un vuelco de poder en la compañía. Como contó 'Vozpópuli', en el proceso han mediado César Alierta e Isidro Fainé, antiguos abanderados de Telefónica y Caixabank, socios del grupo con el 13% y el 3,83% de los títulos en su poder, respectivamente.

A finales de abril, Prisa presentó sus resultados correspondientes al primer trimestre del año, que reflejaron unas ganancias de 21,9 millones de euros (+69,3%) gracias, entre otras cosas, al incremento del 11,7% de su facturación. Principalmente, por la aportación de la editorial Santillana (+28,1% de ingresos).

Pese a esta mejoría, su situación financiera sigue siendo muy complicada, con una elevada deuda que asciende a 1.481 millones de euros. Una cantidad inferior en 131 millones de euros a la que declaró el 31 de marzo de 2016, pero prácticamente igual a la que reconoció el pasado 31 de diciembre, de 1.486 millones.

Antes del final de 2018, el equipo de directivos liderado por Cebrián deberá encontrar la fórmula para poder hacer frente a un vencimiento de 965 millones de euros, que adeuda principalmente a la banca acreedora y, a la vez, accionista del grupo. Las esperanzas, en este sentido, están puestas en la venta de Santillana, pero la falta de noticias al respecto ha generado cierto nerviosismo entre algunos de los socios, han precisado fuentes internas.

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