La decisión de retirar El Intermedio durante los meses de verano fue interpretada como un guiño de Atresmedia al Ejecutivo de Mariano Rajoy, dentro de un momento crucial para esta compañía en el que aspira a conseguir dos de las seis licencias de TDT que repartirá el Gobierno en las próximas semanas. Pero el periodo estival ha terminado, la tregua con el Partido Popular se ha roto -aparentemente- y este lunes el Gran Wyoming ha estrenado la nueva temporada de su programa. Como era de esperar, ha sido el espacio más visto del día en La Sexta (11,8% de share y 2 millones de espectadores) y ha permitido a la cadena imponerse a su principal competidor: Cuatro, a la que ha superado por dos décimas.
El primer programa del curso 2015/2016 de El Intermedio ha sido más taimado que de costumbre en cuanto a sus críticas hacia el Ejecutivo, sea o no una casualidad. Su tema central ha sido la crisis de los refugiados sirios, aunque también ha lanzado algún dardo envenenado al presidente de la Generalidad de Cataluña, Artur Mas. La vuelta del Gran Wyoming ha permitido a La Sexta tomar aire después de un verano en el que ha sido claramente derrotada por Cuatro y en el que ha empeorado sus datos de audiencia con respecto al verano anterior, en el que sus responsables decidieron mantener en antena las reposiciones de este programa.
En concreto, mientras en junio La Sexta superó a Cuatro (7,6% de cuota de pantalla, frente al 7,2%), tanto en julio (7,1 – 6,5%) como en agosto (7,3 – 6,4%), cuando El Intermedio fue retirado, fue sobrepasada por la cadena de Mediaset. En julio de 2014, con los programas enlatados del Gran Wyoming en antena, este canal logró 3 décimas más de audiencia, mientras que en agosto, 1 más.
Desde Atresmedia, han negado en todo momento que la decisión de esconder su programa más contestatario tenga tintes políticos. Pero el hecho de sustituirlo por un aséptico espacio dedicado a mostrar los momentos más destacados de la televisión, en clave de humor (Top trending tele) levantó ciertas suspicacias en el sector audiovisual. En cualquier caso, lo que parece claro es que desde el punto de vista empresarial la jugada no les ha salido bien, puesto que La Sexta ha sido adelantada por Cuatro.
El “martilleo” de las televisiones privadas
No conviene perder de vista que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, atribuyó al “martilleo” de las televisiones una buena parte de la responsabilidad del varapalo que sufrió el PP en las elecciones del pasado 24 de mayo. Para el líder del Ejecutivo, el tratamiento que las cadenas privadas realizan de los casos de corrupción que afectan a su formación política, sumado al protagonismo que tienen en sus tertulias los portavoces de los partidos de izquierda radical, explica el descenso en número de votos de la derecha.
Con Atresmedia y Mediaset, Moncloa ha mantenido una batalla durante los últimos tiempos que ha estado fundamentada en la línea editorial crítica con el Gobierno que han mantenido estas empresas, así como en la política seguida por el Ministerio de Industria en materia de TDT, que ha impedido el adecuado desarrollo de este sector -según estas compañías- y ha hecho la vista gorda ante los procesos judiciales que desembocaron en el cierre de nueve canales y podrían haber conseguido la clausura de otros ocho el pasado julio.
Antes de las elecciones generales, Mariano Rajoy resolverá el concurso de licencias para la televisión en abierto, en el que distribuirá seis permisos de emisión entre las nueve empresas que se han presentado: Mediaset, Atresmedia, NetTV, Real Madrid, El Corte Inglés, Kiss FM, 13TV, Secuoya y Prisa. Atendiendo al volumen de negocio de este sector, cada una de estas licencias puede permitir el ingreso de varios millones de euros a su propietario. De ahí que estas compañías tengan que medir muy mucho cada uno de sus movimientos en estas semanas previas al reparto. Por eso, el que La Sexta retirada El Intermedio, Salvados y El Objetivo en verano fue considerado sospechoso, cuanto menos.