Medios

Rafa Latorre: "No recuerdo un presidente más mimado por los poderes públicos que Sánchez"

Entrevista al reputado periodista, quien se pondrá a partir de la próxima temporada al frente de 'La Brújula', de Onda Cero. "Hay nostalgia de un periodismo que nunca existió, al que se le atribuyen unas cualidades que quizás no tuvo"

  • El periodista Rafa Latorre.

Rafa Latorre (Pontevedra, 1981) es un hombre ocupado. La firma y la voz de este periodista están presentes en varios medios de comunicación y eso siempre obliga a cuadrar el horario con bigotera. Atiende a este medio de comunicación un jueves por la mañana y lo hace por teléfono. Durante la conversación, reflexiona con lucidez sobre política, economía y medios de comunicación. Sobre asuntos importantes. Y preocupantes.

Dentro de unas semanas, se pondrá al frente de La Brújula, en Onda Cero, tras la marcha de Juan Ramón Lucas. Latorre expone a continuación las líneas maestras de su proyecto. También expresa su seguridad sobre la necesidad de hacer una buena labor periodística en estos tiempos complejos.

Pregunta: La radio... ¿recuerda que fue lo primero que le marcó de este medio de comunicación?

Respuesta: Pues fíjate, te voy a decir una cosa que te parecerá muy simple, pero que es quizás el primer recuerdo que tengo de la radio. Lo que digo sucedía los domingos por la noche, cuando terminaba El Larguero, en la SER, y comenzaba el programa de toros de Manolo Molés. Esa canción de inicio la tengo en la memoria. Puede parecer una frikada, pero ese momento se me grabó.

P: Curioso que la radio se llegue a recordar por esos instantes que se fijan en la memoria, aparentemente intrascendentes...

R: Es que la radio puede llegar a ser el barómetro o incluso el metrónomo de los oyentes. Es el medio más cercano y próximo. Tiene una gran capacidad para penetrar en quienes la escuchan.

P: Víctor Frankl hablaba de la depresión dominical que le entra a quienes abandonan ese día su rutina y reflexionan sobre su vida y sobre el vacío de esa jornada. Ese día, por las tardes, recuerdo que al terminar Carrusel deportivo sonaba una canción e inmediatamente la asociaba a la semana que comenzaba y al fin del descanso. Era la señal de que lo bueno se había terminado. Lo digo para reafirmar lo que comentaba en la primera pregunta.

R: Es lo que te decía: la radio es metrónomo y barómetro de los oyentes. Todo esto demuestra que no sólo es un medio de comunicación que se escucha con atención o que simplemente nos acompaña, de fondo, en las tareas diarias, sino que es algo más. Hay momentos de la radio que se imprimen en el oyente.

P: Una pregunta tópica: ¿alguna vez le han dicho, al conocerle, que es muy diferente a como le habían imaginado? Diría que eso le ha ocurrido a todo el mundo, que ha imaginado un físico tras la voz que no es real...

R: Pues me ha pasado muchas veces (ríe). Siempre me dicen que pensaban que era mucho mayor. Supongo que mi forma de ser tiene algo que ver en eso, no lo sé..., pero la verdad es que me imaginan menos joven de lo que soy.

P: Usted ya trabajaba en varios espacios radiofónicos, pero ahora oficialmente se pondrá a la cabeza de un programa. De un clásico como 'La brújula'. ¿Siente uno la responsabilidad?

R: ¿Sabes qué es lo que creo que define la responsabilidad del conductor? Los silencios. Un contertulio puede terminar su intervención, de repente, pero la conversación suele mantenerse viva de una u otra manera. Siempre hay alguien que recoge el silencio. Pero el conductor del programa marca los silencios, que son los que determinan el tono del programa. Por eso, el silencio es el que define la responsabilidad del que asume esa tarea, el tener que llenar el silencio, esa fuente de tantas catástrofes, pero, a la vez, esa herramienta importante.

P: No será tampoco su primera experiencia como comandante...

R: Afortunadamente, he dirigido programas muy largos que se extendieron durante más de seis horas. Y siempre pasa que te sientes responsable subsidiario -aunque no lo seas- de lo que dicen los colaboradores. Desde esa posición, tienes también que ser hábil para marcar el ritmo y para que no se pare, pase lo que pase. Por eso es una actividad que se vive con mucha intensidad, la verdad.

P: Formará parte de las terminales mediáticas que actúan contra el Gobierno, como dice Sánchez...

R: Es curioso que dijera eso, porque no recuerdo un presidente que haya recibido un mejor trato y haya sido más mimado por los poderes públicos. Un ejemplo reciente es el de la operación de Indra, en la que da la impresión que ha salido indemne, pese a la gravedad del asunto. Al respecto de la pregunta..., no recordaba un presidente con una obsesión tan grande por controlar, incluidos los medios, desde aquel Aznar crepuscular. Pero diría que el caso de Pedro Sánchez es peor. Por eso hizo el otro día aquella afirmación de que las terminales mediáticas del poder económico tratan de derribar a su Gobierno.

P: ¿Teme recibir coacciones en su labor como 'terminal mediática contra el Gobierno'?

R: No, no lo temo porque en realidad tampoco tendría efecto. Al final, más allá de lo que un gobierno pueda decir o no, y pueda quejarse o dejar de hacerlo, la tarea que nos espera es la de tener la mejor información que podamos y exponerla con la mayor dignidad.

P: Desde los propios medios se fomentó hace unos años la campaña contra las noticias falsas, lo que dio pie, entre otras cosas, a que Carmen Calvo llegara a sugerir sobre la necesidad de cambiar la ley para regular la libertad de expresión. Muchas veces, parece los medios son demasiado inocentes a la hora de alentar al poder a este tipo de comportamientos, ¿no cree?

R: Ha habido episodios en los últimos años que son dignos de analizar. Quisiera recordar que durante la pandemia el CIS llegó a preguntar a los ciudadanos su opinión acerca de la posible censura a los medios para informar sobre la covid. La encuesta decía algo así como: ¿deberían tener los medios libertad para dar noticias de la covid o remitirse a la información de las fuentes oficiales? ¿Expresa eso cierta predisposición a censurar? Pues no lo sé, pero cuanto menos puede llevar a sospechar.

P: Parece innegable que hay cierto desencanto de los ciudadanos hacia los periodistas...

R: Yo no lo niego, pero también creo que hay nostalgia de un periodismo que nunca existió, al que se le atribuyen unas cualidades que quizás no tuvo. Antes, era muy difícil saber si un reputado corresponsal había elaborado su crónica a partir del contenido del artículo de un periodista local. Si alguien hace eso ahora, a la media hora alguien lo detectaría y lo haría público. El trabajo de los profesionales de la información está ahora más fiscalizado. Tú lo puedes ver a diario, cada vez que publicas un texto. Eso es positivo, pero puede conducir a un error que creo que se comete, y es el de pensar que lo anterior era mejor. O que tenía un nivel mayor e irrecuperable.

P: Usted debutará al inicio de la próxima temporada, cuando se ha previsto otra tormenta perfecta..., ¿qué ha pensado para arrojar claridad?

R: Será una etapa de fuertes vientos y tormentas, como dices, pero trataremos de marcar un rumbo y seguirlo pese a los embates. Haremos nuestro trabajo e intentaremos dar a los oyentes argumentos contra el populismo o la manipulación. Siempre es más difícil ofrecer argumentos que definir con adjetivos, pero yo lo he intentado hacer en la radio y en mis artículos, y será lo que pretendamos en La Brújula. Ese camino lo han marcado los anteriores conductores del programa. Mi predecesor, Juan Ramón Lucas, o por supuesto Carlos Alsina, que lo hace cada día. Y por esa ruta iremos, pese a la tormenta.

P: ¿Cómo se prepara un proyecto en estas condiciones de incertidumbre?

R: Más allá del estado del mar, saldremos a navegar y nos guiaremos por esa brújula. Es verdad que habrá una situación de incertidumbre, pero, entre otras cosas, reforzaremos los contenidos de economía; que siempre han sido importantes en el programa y que no descuidaremos ni mucho menos en esta nueva etapa.

P: Nuevo curso, peores condiciones. Nos tendremos que preparar para ser más pobres...

R: Es que ya lo somos. Mira, ayer (el miércoles) mientras hacíamos nuestros análisis geoestratégicos con motivo de la Cumbre de la OTAN, se conocía que la inflación había llegado al doble dígito. Al 10,2%. Resulta tópico, pero es cierto que la inflación es la gran devoradora de los ahorros de los ciudadanos. Todos los españoles son hoy más pobres de lo que eran hace unos meses. Ésa es la realidad.

P: Hace unos días moría José Luis Balbín. Uno de los mensajes que más he escuchado es el que expresa añoranza por aquellas tertulias. Por 'La Clave'... ¿Es posible recuperar eso?

R: Había un amigo estos días que me decía que eso no era una tertulia, sino un coloquio. Pero bueno, es verdad que en los últimos años se ha puesto de moda el info-entretenimiento y que eso ha fomentado las tertulias de moros contra cristianos. Agitadas, con intervenciones rápidas y algunas veces excesivas. Pero te diré que la radio se ha sobrepuesto a ese fenómeno, en general, y que eso se ha conseguido en Onda Cero. Creo que hay que ir por la línea de la argumentación y hay que transmitir ideas.

P: ¿Usted es partidario de que los periodistas estén en las redes sociales?

R: Yo lo estoy, pero es verdad que tiene un riesgo, y es el de confundir la realidad con lo que allí sucede o el de adaptar su pensamiento a lo que se expresa en estas plataformas. Hay veces que se puede llegar a tomar en serio el mensaje de un usuario tras el que se esconde un crío de 16 años irreflexivo y sin mucho conocimiento de lo que habla. Afortunadamente, yo estoy porque he sido capaz de mantener una frialdad objetiva sobre lo que ocurre en las redes. Uno no puede dejarse llevar por una buena parte de las corrientes que se mueven por allí, que se fundamentan en ideas apresuradas o irracionales. Creo que estas plataformas son útiles si se consigue obtener correctas panorámicas del pensamiento de una sociedad a través del análisis de todo eso. Pero si eso no se sabe hacer, son perjudiciales.

P: El nuevo director de The New York Times, Joseph Kahn habló de Twitter recientemente y de los prejuicios para los periodistas, los que quedan afectados por las críticas que reciben...

R: Soy muy partidario de restar importancia a las redes sociales y, reitero, yo creo que eso lo hago. Por eso estoy. Si me afectara, me hubiera ido. Mira, el tráfico de usuarios que procede de Twitter cada vez que publico un artículo en El Mundo puede ser del 2% del total que recibe. Eso te da una idea de que lo que ocurre ahí no es la realidad. Es un micro-mundo al que hay que dar la importancia que tiene realmente. Que es más pequeña de la que parece.

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