En agosto de 2013, cuando aún era un desconocido para los españoles, Pablo Iglesias impartió un curso llamado "Comunicación social y hegemonía política" en la Universidad de Verano de Izquierda Anticapitalista. Y el hoy líder de Podemos dejó claro cuál es su concepto de las tertulias televisivas en las que después se hizo célebre. "A la televisión voy a ganar en un debate político, en el que me importan una mierda mis adversarios", afirmó, entre otras cosas. Ahora, esta y otras intervenciones casi inéditas aparecen recogidas en el libro Descubriendo el laberinto rojo que ha escrito el detective Julián Peribáñez, exempleado de Método3.
Durante su charla, publicada en youtube el 30 de agosto de 2013 y ahora recogida en el citado libro, Iglesias explicaba los motivos por los que él y sus afines habían decidido acudir a las tertulias de televisión. Y decía, entre otras cosas, que su intención era "introducir y de normalizar" conceptos. "La discusión política en televisión normalmente adquiere un formato de espectáculo. Los guionistas no son de izquierdas. El criterio fundamental de las teles es la audiencia asociada a los beneficios que dan los anunciantes. Y es un terreno en el que estás peleando con la mano atada a la espalda".
Programas... ¿basura?
El hoy secretario general de Podemos criticaba que al decir de un sector de la izquierda "programas como La Sexta noche o como El gran debate" eran "basura" y decían que preferían "ver The Wire o estar leyendo una novela el sábado por la noche". "Claro dices, yo también, eso es mucho más interesante, pero nos vuelve a situar en una posición de élites que se aleja de uno de los instrumentos fundamentales a través de los cuales la gente aprende a pensar". Ante decenas de personas, Iglesias terminaba su explicación previa y después pasaba al turno de preguntas.
Uno de los asistentes al curso de verano tachó de "circo" las tertulias y preguntó si existía el riesgo de que "te asimilen como uno más" por asistir a ellas. E Iglesias sostenía que en efecto existía ese riesgo. A lo que añadía que "tú aceptas una invitación y unas reglas de debate que van en tu contra desde el principio, y en la que digamos tienes muy poco a favor, porque te quieren presentar poco menos que como otro monstruo que forma parte del espectáculo. "De hecho -agregaba-, no es casualidad que no seamos muchos los que estamos dispuestos a poner en riesgo nuestra imagen personal, máxime si además pretendemos asociarla a un espacio de prestigio como es la universidad, como es la izquierda, prestándote a ir a un circo en que los intervinientes ni siquiera se creen lo que dicen. Alfonso Rojo no es de derechas, ni es de izquierdas, es un mercenario". (Ver de 11'30'' a 12'30'').
Más adelante, Iglesias afirmaba que "la esfera pública es un terreno de juego de batalla política, no es una universidad, no es un debate teórico". Y remarcaba, en esa línea, que "yo no voy a la televisión a enfrentarme teóricamente con nadie, voy a ganar, voy a ganar en un debate político, en el que me importan una mierda mis adversarios, yo no quiero convencer de nada ni a Alfonso Rojo, ni a la María ésta idiota que no sé ni quién es, ni al Marhuenda, ni a ningún otro, a mí lo que me interesa es que en última instancia eso deje algún poso en la gente que nos está escuchando, no es un honesto debate entre intelectuales". (Ver vídeo, 19'25''). Y estas son solo algunas de las afirmaciones llamativas de esta charla que duró 75 minutos.
El autor de la obra donde se recogen estas y otras intervenciones de Pablo Iglesias es el detective Julián Peribáñez, que trabajó en la célebre agencia Método 3. Su anterior libro, que aportaba numerosos datos sobre la famosa grabación en La Camarga y sobre miembros de diferentes partidos catalanes que podrían estar implicados en varios escándalos, fue secuestrado por la Justicia.
LAS FRASES DE IGLESIAS SOBRE LA TV
"¿Qué es lo que estamos haciendo cuando a alguno de nosotros nos han llevado a los grandes medios de comunicación? Pelear con unas reglas del juego mucho más complicadas. La discusión política en televisión normalmente adquiere un formato de espectáculo. Los guionistas no son de izquierdas. El criterio fundamental de las teles es la audiencia asociada a los beneficios que dan los anunciantes. Y es un terreno en el que estás peleando con la mano atada a la espalda". (Ver 6'15'').
"Hay sectores de la izquierda divina que dicen: “es que claro programas como 'La Sexta noche', o como 'El gran debate', eso es basura, yo prefiero ver 'The Wire' o estar leyendo una novela el sábado por la noche”. Claro dices, yo también, eso es mucho más interesante, pero nos vuelve a situar en una posición de élites que se aleja de uno de los instrumentos fundamentales a través de los cuales la gente aprende a pensar. (...) ¿Qué es lo que tratamos de hacer ahí? Traducir, traducir diagnósticos de la realidad a un lenguaje que pueda entender la gente" (Ver a partir de 6'44'').
"Tú aceptas una invitación y unas reglas de debate que van en tu contra desde el principio, y en la que digamos tienes muy poco a favor, porque te quieren presentar poco menos que como otro monstruo que forma parte del espectáculo. "De hecho, no es casualidad que no seamos muchos los que estamos dispuestos a poner en riesgo nuestra imagen personal, máxime si además pretendemos asociarla a un espacio de prestigio como es la universidad, como es la izquierda, prestándote a ir a un circo en que buena parte de los intervinientes ni siquiera se creen lo que dicen. Alfonso Rojo no es de derechas, ni es de izquierdas, es un mercenario". (Ver de 11'30'' a 12'30'')
"Cinco minutos en 'La Sexta' tienen un efecto un millón de veces mayor que imprimir ocho mil panfletos y repartirlos a la puerta del Metro" (13'40'').
"Si a tu abuela le dices señora el problema es el capitalismo, buff...pero si en cambio a tu abuela le dices: señora le están robando el dinero de su trabajo, de su pensión a usted a sus nietos, le están robando los ricos, que los puede ver usted, mire los coches que conducen, mire los barrios en los que viven, mire la ropa que llevan, se está gobernando a favor de ellos, es verdad que es un discurso simple, sin matices sofisticados en el diagnóstico, pero es un discurso político, porque la esfera pública es un terreno de juego de batalla política, no es una universidad, no es un debate teórico. Yo no voy a la televisión a enfrentarme teóricamente con nadie, voy a ganar, voy a ganar en un debate político, en el que me importan una mierda mis adversarios, yo no quiero convencer de nada ni a Alfonso Rojo, ni a la María ésta idiota que no sé ni quién es, ni al Marhuenda, ni a ningún otro, a mí lo que me interesa es que en última instancia eso deje algún poso en la gente que nos está escuchando, no es un honesto debate entre intelectuales" (Ver 19', 25'').
"No sé si habéis visto un programa, yo no lo he visto...'Masterchef', una gilipollez de gente para cocinar. En un reportaje salía un catedrático que decía que la clave de 'Masterchef' es que es un concurso. Y un concurso funciona porque se producen relaciones de empatía por parte del público. Tú vas con alguien y en contra de alguien, eso es una de las claves consustanciales de la política" (Ver 52',40'')