Lo que ha ocurrido en la Junta de Accionistas de Prisa de este martes no es flor de un día. Podría definirse como el enésimo episodio de una batalla por el control de la compañía que se inició cuando el fondo de inversión Amber Capital comenzó su ascensión en el accionariado de Prisa, hace más de un lustro.
El último movimiento de esta larga campaña se ha vivido hace unas horas, con la sustitución de Roberto Alcántara Rojas por Andrés Varela Entrecanales como consejero dominical.
Alcántara Rojas fue reclutado por Juan Luis Cebrián para Prisa en 2014, cuando el grupo libraba una batalla diaria contra la quiebra. Este empresario del sector del transporte, muy cercano a Enrique Peña Nieto -expresidente de México- inyectó entonces 100 millones de euros en la compañía ante su fe en que el precio de su acción remontara. Esa decisión le convirtió en el segundo socio con más peso en el grupo, con el 9,3% del capital en su poder.
Tres años después de que eso ocurriera, se produjo uno de los cambios más importantes de la historia reciente de la compañía. Quizás el que más junto a la muerte de su fundador, Jesús de Polanco, en 2007, y al rescate que Telefónica, Caixabank, Santander, HSBC y otras entidades financieras aplicaron en el grupo, en 2012.
Fue el arrinconamiento de Cebrián, que tuvo lugar después de que los accionistas institucionales cuestionaran la eficacia del plan de ruta que había trazado, que pasaba por vender Santillana para amortizar la mayor parte de la deuda. Esa desinversión iba a dejar a Prisa con una capacidad para generar caja muy limitada -dada la crisis del negocio mediático- y con una deuda que sería muy difícil de pagar.
El ascenso de Amber Capital
Amber Capital -ya entonces, máximo accionista- redobló en ese momento sus maniobras contra Cebrián y se presentó en la Asamblea de Accionistas de noviembre de 2017 con la intención de provocar la marcha del presidente y el cese de sus consejeros afines. Y lo consiguió. Al frente de la compañía quedó un consejero delegado de plena confianza -en ese momento- para el fondo -Manuel Mirat- y un presidente de transición: Manuel Polanco.
Este último dimitió un año después y fue sustituido por Javier Monzón. En ese momento, se inició una batalla entre el dueño de Amber Capital, Joseph Oughourlian, y el expresidente de Indra, en la que Santander, los Polanco y, en menor medida, Alcántara Rojas, se posicionaron del lado de Monzón.
En diciembre de 2021, Amber Capital introdujo un punto por sorpresa en la Junta de Accionistas y provocó el cese de Monzón, que estuvo apoyado por Telefónica y Vivendi. Oughourlian fue nombrado presidente provisional, si bien pronto fue ratificado en su puesto.
Desde entonces, han aterrizado en el Consejo de Prisa nombres procedentes del entorno socialista, como Miguel Barroso. También otros como el empresario Rosauro Varo -especialmente activo en los negocios durante los últimos años- y el propio Varela Entrecanales. Este último fue directivo de Mediapro (Roures) y actualmente co-produce el cacareado documental sobre Pedro Sánchez.
La labor del empresario cercano a Peña Nieto
Una fuente del alto mando de Prisa reconocía este martes que la destitución de Alcántara Rojas no ha cogido por sorpresa a nadie dentro del grupo, pese a que no se recogiera en el orden del día de la Asamblea de socios.
El empresario mexicano había sido amonestado -apuntan estos informantes- por sus ausencias de reuniones importantes del Consejo de Administración. Su cese ha sido avalado por el 73% de los socios que han acudido a la Junta.
Esta marcha aísla todavía más a la familia Polanco, que cuentan con el 7,6% del capital, pero que ha atravesado dificultades financieras durante los últimos años que le han impedido mantener su posición en Prisa en las sucesivas ampliaciones de capital. De hecho, sus acciones fueron puestas como garantía en una operación financiera rubricada con Santander.
En junio de 2021, la familia del fundador de la compañía escenificó su malestar en la Junta de Accionistas y reclamó un mayor peso de los socios significativos en la gestión del grupo, así como una presencia más elevada de consejeros latinoamericanos en su órgano de gobierno. Lo hizo al considerar que su voz y su voto no habían tenido el peso suficiente en el proceso de reorganización que emprendió el grupo tras la llegada de Oughourlian a la presidencia.
Los Polanco también confesaron su deseo -”es fundamental”- de que los medios de comunicación de Prisa cumplan en el futuro los principios fundacionales con los que El País fue concebido en 1979.
Su labor de oposición ha menguado en los últimos meses y así se ha plasmado en la Junta de este martes, en la que la mayoría de los puntos del orden del día se han aprobado con el voto favorable del 99% de los asistentes.
Después de la jornada de este martes, Global Alconaba tendrá presencia y palabra en el Consejo de Prisa. Lo hará apenas un par de meses después de que esta empresa se registrara oficialmente.
