La historia se ha vuelto a repetir. Cuando Prisa se encontraba con el agua al cuello, agobiada por sus compromisos con sus acreedores, ha vuelto a obtener una moratoria que supondrá una mejora ostensible de su situación financiera. El grupo ha anunciado este martes un acuerdo con la mayoría de sus deudores que le servirá para prolongar en cinco años el vencimiento de su deuda, hasta 2022. El pacto entrará en vigor “no más tarde del 30 de junio” y estará supeditado al éxito de la ampliación de capital que planteó sobre sus accionistas en la última Junta General Extraordinaria.
El acuerdo no prevé amortizaciones obligatorias durante los tres primeros años desde hoy y hasta diciembre de 2020, con un calendario de repago posterior ajustado a la generación de caja esperada de los negocios del grupo.